Marruecos y el Frente Polisario concluyeron este domingo dos días de negociaciones en la localidad neoyorquina de Manhasset, bajo mediación de la ONU, sin grandes progresos aparentes y con la intención de reunirse de nuevo, pero sin fijar fecha y lugar.
Peter van Walsum, el enviado especial del secretario general de la ONU, así lo señaló este domingo al término del encuentro en el que además de Marruecos y el Polisario, participaron los países vecinos de Argelia y Mauritania, aunque sin capacidad para intervenir en el diálogo directo.
El objetivo de estos dos días de reuniones, que se celebran por segunda vez en menos de tres meses y después de que en siete años no hubiera habido conversaciones entre las partes, es buscar una solución negociada sobre el Sáhara Occidental, que fuera colonia española hasta 1975.
Al término de la reunión, el jefe de la delegación marroquí y ministro del Interior, Chakib Benmusa, explicó que no se había fijado la fecha de la tercera ronda negociadora porque su país celebra a principios de septiembre elecciones y “preferimos no hacerlo hasta que ese proceso democrático termine”.
La primera y segunda ronda negociadoras han tenido lugar en Manhasset, a unos 40 kilómetros de Nueva York, donde se ubica el complejo de Greentree, utilizado por la ONU para este tipo de conversaciones que requieren de discreción.
Pero no se descarta que las negociaciones continúen en Europa, posiblemente en Ginebra, donde las partes se han reunido con anterioridad.
Marruecos y el Polisario abordaron también, a instancias del enviado especial, asuntos específicos como la gestión de los recursos naturales y de las administraciones locales.
“Las partes coincidieron en que el estatus quo actual es inaceptable y se comprometieron a seguir negociando de buena fe”, agregó van Walsum, que señaló que a partir de ahora se establecerán consultas para determinar la próxima reunión.
Al inicio del proceso van Walsum advirtió a las partes que en Manhasset, además de buenas intenciones, debía haber avances productivos.
Marruecos ha presentado una iniciativa de autonomía limitada y bajo su soberanía para el territorio del Sáhara Occidental, mientras que el Polisario reclama un referéndum mediante el que los saharauis puedan decidir entre autonomía o independencia.
Por su parte, el jefe de la delegación saharaui, Mahfud Ali Beiba, calificó este segundo contacto de “productivo”, al tiempo que consideró que se dio al Polisario la oportunidad de presentar las ventajas de su propuesta “para lograr una solución justa y duradera en relación a la descolonización del Sáhara Occidental”.
En declaraciones, Beiba dijo que en las conversaciones concluidas hoy “Marruecos aseguró que la mayoría de la población saharaui está de acuerdo con su propuesta. Que lo demuestren sometiéndola a votación”.
Sin embargo esa posibilidad fue rechazada por Marruecos, y el presidente del CORCAS (Consejo Real Consultivo para Asuntos Saharianos), Jalihena Uld Errachid, insistió en que la iniciativa de su país es positiva, “no humilla al Polisario ni a los saharauis”.
Agregó que el Polisario, “al pedir un referéndum imposible, hace que de alguna manera el conflicto siga”, al tiempo que señaló que las conversaciones fueron “francas y directas” y produjeron “desarrollos positivos”.
“La primera ronda fue de contacto, la segunda de intercambios sobre la puesta en práctica de la resolución” adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU el pasado 30 de abril, dijo Benmusa.
Con anterioridad, fuentes diplomáticas marroquíes señalaron que su país tenía ante las negociaciones una actitud “responsable y serena”, y recordaron que contaban con el apoyo de las grandes potencias, como Francia y EEUU.
La ONU desplegó en septiembre de 1991 una Misión en el Sáhara Occidental (MINURSO) con el encargo de vigilar el cumplimiento del alto el fuego entre Marruecos y el movimiento independentista del Frente Polisario, que reclama la autodeterminación de esa región, de la que España se retiró en 1975 y que es rica en fosfatos y otros recursos naturales.