MOSCÚ, 21 (EUROPA PRESS)
El presidente ruso, Dimitri Medvedev, ha afirmado que, al librar una guerra con Georgia en 2008, Rusia detuvo la expansión de la OTAN hacia el este. Por otro lado, ha asegurado que la respuesta de Moscú al futuro sistema antimisiles de la Alianza Atlántica en Europa será “razonable y adecuada” pero no impedirá que sigan negociando.
“Si hubiésemos titubeado en 2008, el panorama geopolítico sería distinto. Una serie de países a los que la Alianza Atlántica intenta 'proteger' artificialmente formarían ahora parte de ella”, ha declarado en una reunión con oficiales de las Fuerzas Armadas en Vladikavkaz, en el sur de Rusia, según la agencia de noticias RIA Novosti.
Las provincias separatistas georgianas de Osetia del Sur y Abjazia declararon unilateralmente su independencia de Georgia a principios de los años 90. El Ejército intentó recuperar el control de Osetia del Sur en agosto en 2008, pero entonces intervinieron las fuerzas rusas y ambas partes se enfrentaron en un conflicto armado.
Desde que Mijail Saakashvili se convirtió en presidente de Georgia en 2004, este país ha estado intentando entrar en la OTAN, algo a lo que Rusia se opone firmemente. Tras la breve guerra entre Moscú y Tiblisi en 2008, la alianza militar apartó la idea de aceptar a Georgia como miembro.
Medvedev ha indicado que “el tiempo ha pasado rápido”, pero que “lo más importante” es que la postura de Rusia respecto a lo que ocurrió hace más de tres años “no ha cambiado”.
El presidente ha descrito la actuación de su país en aquel conflicto como “indispensable para salvar vidas humanas”. Moscú mantiene que las tropas rusas salvaron a los surosetios del genocidio que quería cometer Georgia.
Las relaciones entre Rusia y la OTAN estuvieron congeladas durante casi un año después de la guerra, pero Medvedev ha asegurado que ahora ambas partes “han dado la espalda a la rivalidad directa”. “Sin embargo, debemos reconocer que tenemos posturas distintas respecto a cómo resolver varias cuestiones de defensa”, ha admitido.
La presencia de la OTAN cerca de las fronteras rusas preocupa a los dirigentes del país y “nos genera molestias”, ha explicado el presidente. Tres antiguas repúblicas soviéticas --Estonia, Lituania y Letonia-- son miembros de la Alianza Atlántica.
RESPUESTA RAZONABLE Y ADECUADA
Por otro lado, Medvedev ha afirmado que la respuesta de Moscú al sistema antimisiles que la OTAN quiere desplegar en Europa será “razonable y adecuada” pero no impedirá que sigan negociando.
“Tendremos que tomar algunas decisiones, que anunciaré dentro de poco. No hay duda de que nuestras acciones son razonables y adecuadas y que no cierran la puerta a la posibilidad de continuar las discusiones sobre el sistema de defensa antimisiles europeo con nuestros socios de la Alianza Atlántica”, ha declarado.
El mandatario ha advertido de que el sistema antimisiles y la forma en la que lo está planteando Estados Unidos “pueden cambiar notablemente el sistema de igualdad”, lo que podría causarle ciertos problemas a Rusia.
El pasado mes de octubre, el embajador ruso ante la OTAN, Dimitri Rogozin, dijo que las conversaciones de Moscú con Washington sobre el escudo antimisiles habían llegado a un callejón sin salida.
El Kremlin considera que ese sistema es una amenaza potencial para el arsenal nuclear ruso, pese a que Estados Unidos ha estado intentando convencerlo de que no es así y de que es necesario para hacer frente a los misiles que podrían disparar países como Irán.