TEGUCIGALPA, 1 (EUROPA PRESS)
El presidente 'de facto' de Honduras, Roberto Micheletti, aclaró el miércoles que su Gobierno no tomará “ninguna medida adicional” contra la Embajada de Brasil una vez que venza el plazo de diez días dado al mandatario depuesto, Manuel Zelaya, para que abandone la legación diplomática brasileña, donde se refugió tras regresar al país centroamericano el pasado 22 de septiembre.
“No vamos a hacer en este país nada que pueda romper los tratados que tenemos internacionales”, afirmó, en una entrevista a Reuters. En este sentido, matizó que Zelaya y sus allegados “pueden quedarse ahí todo el tiempo que quiera”, aunque con tal de que no hagan una campaña política desde la Embajada.
Micheletti indicó que mantiene un “canal abierto” con Zelaya a través de enviados, pero que no piensa aceptar la restitución del presidente derrocado, ni siquiera de forma temporal y con condiciones como ha llegado a proponer un grupo de empresarios.
DIÁLOGO ESTANCADO
El presidente interino se dirigió a los medios el miércoles por la tarde mediante una rueda de prensa dada en la Casa Presidencial en la que, a grandes rasgos, defendió su gestión en la crisis política que vive Honduras y donde, según él, “no ha llegado la hora de sentarse” a dialogar con Zelaya.
Así, hasta el momento sólo se ha realizado una primera toma de contacto de la que no han tomado parte los dos políticos directamente implicados, aunque estas conversaciones “han mantenido un poco la calma a nivel de Tegucigalpa”, según declaraciones de Micheletti recogidas por los medios locales.
Además, agregó que sigue “abierto” el diálogo bajo la mediación del presidente de Costa Rica, Óscar Arias. No obstante, su participación no debe tomarse como un punto y seguido hacia la consecución de un “Acuerdo de San José II”, ya que, de hecho, Micheletti ya ha anticipado que no lo firmará.
A su juicio, la propuesta de Arias “tiene algunas cosas que no permite la Constitución de la República” y apostó por introducir algunas reformas.
Como solución a la crisis política, el mandatario 'de facto' aclaró que, si bien esta dispuesto a echarse a un lado “si es necesario”, no contempla “la cancelación o el no reconocimiento de las elecciones del 29 de noviembre”, pese a la presión internacional. “Las elecciones del 29 de noviembre son la solución legal y justa a la actual crisis”, aseveró, en una entrevista al diario 'La Segunda'.
“Cualquier solución a la crisis debe estar dentro del marco de la ley y Constitución de nuestro país y contar con el apoyo del pueblo hondureño”, agregó, criticando así las “injerencias extranjeras”.