RABAT, 18 (Reuters/EP)
Miles de personas han participado en las manifestaciones celebradas este domingo en las ciudades marroquíes de Rabat, Tánger y Casablanca para expresar su apoyo o rechazo a la reforma constitucional.
La mayor de estas manifestaciones ha sido la protagonizada por la oposición en Tánger, que ha contado con la participación de unas 12.000 personas, para exigir una reforma más profunda que la prometida por el monarca Mohamed VI.
En Casablanca, las protestas convocadas por la oposición han concentrado a unas 5.000 personas, mientras que las gubernamentales a cerca de un millar, según ha indicado un funcionario local. Por su parte, la agencia de noticias MAP eleva a 20.000 el número de asistentes a esta segunda marcha y no menciona la primera.
En la capital, Rabat, las manifestaciones de uno y otro lado han conseguido movilizar a unas mil personas. Los partidarios de las reformas han estado liderados por una docena de clérigos musulmanes y estudiantes de escuelas islámicas que gritaban: “¡Tenemos un solo rey, Mohamed VI!”.
“Estamos aquí para ayudar a los que apoyan al rey. Nosotros apoyamos al rey”, ha dicho Abdelkabir Belto, de 19 años de edad y procedente de Souss (sur), que ha explicado que las autoridades locales han puesto a disposición de los estudiantes varios autobuses para participar en esta manifestación.
En otro punto de la ciudad, los opositores al régimen marroquí han exigido profundizar en las reformas abordadas, especialmente en la lucha contra corrupción, uno de los principales flagelos del país. “La majestuosidad en únicamente para Dios” y “Larga vida al pueblo”, han sido algunas de sus consignas.
El pasado 1 de julio, el 72,65 por ciento de los marroquíes acudió a votar a un referéndum para decidir sobre la aprobación de la nueva Constitución. De los participantes, el 98,49 por ciento se mostró a favor, una cifra que según la oposición obedece a un fraude electoral.
Con las reformas contenidas en el nuevo texto constitucional, el monarca se compromete a ceder parte de sus poderes a los políticos elegidos en las urnas, aunque mantiene otros sobre cuestiones estratégicas.
Estas protestas, lideradas por el Movimiento 20 de febrero, son una réplica más de las que han recorrido el mundo árabe en demanda de una apertura democrática a raíz del derrocamiento de los presidentes tunecino y egipcio, Zine al Abidine Ben Alí y Hosni Mubarak, respectivamente.