OSLO, 22 (Reuters/EP)
Miles de ciudadanos han salido a la calle en Oslo para recordar en silencio el primer aniversario de los atentados perpetrados hace exactamente un año por el ultraderechista Anders Breivik, que mató a 77 personas, la mayoría jóvenes pertenecientes a las juventudes del Partido Laborista Noruego.
Breivik detonó un coche bomba ante un complejo de edificios gubernamentales de Oslo que mató a ocho personas y después se desplazó a la isla de Utoya, donde asesinó a tiros a decenas de miembros de las juventudes laboristas. Breivik acusaba a los partidos mayoritarios noruegos, con los laboristas a la cabeza, de destruir el país fomentando un modelo “marxista” multicultural.
Uno de los actos más representantivos se ha celebrado ante la sede gubernamental de Oslo, donde aún se pueden ver los daños provocados por la explosión. “La bomba y los disparos pretendían cambiar Noruega. La gente ha respondido abrazando nuestros valores. Ha fracasado, el pueblo ha ganado”, ha asegurado el primer ministro Jens Stoltenberg ante sus conciudadanos. Muchos de ellos portaban rosas rojas y blancas en recuerdo de las víctimas.
“Muy pocas personas pueden pasar un día sin pensar en lo que ocurrió el 22 de julio. En una persona a la que echas de menos, alguien con quien solías salir o a quien pedías consejo y cosas así”, ha explicado uno de los supervivientes de la matanza de Utoya, Vegard Groeslie Wennesland.
ACTO EN UTOYA
En la isla se han concentrado aproximadamente un millar de supervivientes que han participado en un acto privado durante el que se ha soltado un gran globo de helio con forma de corazón al que han pegado distintos mensajes personales.
“Me ha cambiado. Ahora valoro el momento, disfruto de la vida aquí y ahora”, ha señalado Wennesland, quien escapó de Breivik atrincherándose en una cabaña junto a otras 50 personas.
También dificulta pasar página el hecho de que continúa celebrándose con bastante seguimiento mediático el juicio contra Breivik.
Está previsto que para el próximo 24 de agosto se emita un veredicto: atención psiquiátrica indefinida --si se atiende la petición de la Fiscalía de declaración de desequilibrio mental-- o pena de cárcel de 21 años prorrogable indefinidamente, si se le declara mentalmente sano, tal como él mismo defiende.