JERUSALÉN, 19 (EUROPA PRESS)
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteró este lunes, en el día de recuerdo a las víctimas del terrorismo, que el pueblo judío ha sufrido amenazas desde su fundación y que, hoy en día, éstas provienen de regímenes islamistas, “con Irán a la cabeza”.
Durante un discurso, Netanyahu declaró que el terrorismo no es un fenómeno nuevo y declaró que “el apoyo hoy en día llega de los regímenes extremos islamistas, con Irán a la cabeza, que han adoptado sin reservas los llamamientos para destruir a Israel”.
El primer ministro hebreo declaró que su país tiende sus manos “a quien desee vivir en paz”. “Pero a aquéllos que nos desean el mal, y a aquéllos que matan a nuestros hijos, les perseguiremos en todas partes y nos vengaremos por su odio y sus crímenes”, agregó, en declaraciones recogidas por el diario 'Haaretz'. “Sostenemos una espada para protegernos de los que buscan destruirnos”, advirtió.
Los israelíes estaban convocados hoy a guardar dos minutos de silencio en recuerdo de las 22.684 personas, entre soldados y civiles, que perdieron la vida desde la creación del Israel moderno. “En este día, toda la nación está abrazando a madres, padres, hermanos y hermanas, hijos, hijas y esposas de la gran familia desconsolada”, afirmó Netanyahu, que perdió a su hermano Yoni durante una operación militar en Uganda en 1976.
VUELTA DE SHALIT
Netanyahu ejemplificó a las víctimas del terrorismo en la figura del soldado Gilad Shalit, capturado por milicianos palestinos en junio de 2006. “No pararemos hasta traer a Gilad Shalit de vuelta a casa”, afirmó, instando a las milicias de la Franja de Gaza a liberar al militar de 23 años.
Por otra parte, el primer ministro israelí aludió a la importancia de Jerusalén, por la que se ha pagado “en dos ocasiones” un alto precio. En primer lugar, citó la Guerra de la Independencia y, en segundo, los bombardeos durante la Guerra de los Seis Días.
“Jerusalén, que era entonces una ciudad marchita y dividida, ha vuelto a ser una ciudad llena de vida”, añadió, sin aludir a los proyectos de nuevas viviendas en la parte árabe de la ciudad y que han generado críticas tanto desde la Autoridad Palestina como de varios países, entre ellos Estados Unidos.