NUEVA YORK, 27 (Reuters/EP)
La ciudad de Nueva York ha empezado ya a notar los efectos de la cercanía del huracán 'Irene' y ha comenzado a olvidar su ajetreo habitual para cerrar la mayoría de sus comercios y paralizar todo su sistema de transporte público. Solo quedan abiertos algunos comercios de comida o bebidas y algunos taxis transitan las calles casi desiertas.
En total las autoridades han contabilizado 370.000 evacuados e intensifican los preparativos para no caer en los errores que provocaron las críticas al Gobierno tras el impacto del 'Katrina' en Nueva Orleáns en 2005.
“Estamos intentando llegar a Boston y no vamos a poder. Estamos atrapados aquí”, se lamenta una estudiante de 19 años, Rachel Karten, desde la Terminal de Autobuses de la Autoridad Portuaria. “No pensábamos que cerrarían todo”, dijo.
Una de las zonas que corre más peligro, el Distrito Financiero donde se encuentra Wall Street, es una de las más desiertas y solo unos pocos trabajadores trajeados buscan taxi para alcanzar partes más elevadas de la ciudad.
“Va ser una tormenta muy grave, sea cual sea su trayectoria, se debilite lo que se debilite. Es una tormenta que pone en peligro vidas”, ha asegurado el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg. “Quedarse es peligros, quedarse es estúpido y además es ilegal”, ha apostillado.
El alcalde ha advertido del peligro de inundaciones y cortes de corriente eléctrica, ya que Nueva York se encuentra en un complejo sistema de islas y ríos muy vulnerable a una tormenta fuerte. “No es ninguna broma. Vuestras vidas corren peligro. No vale quedarse y decir 'soy más fuerte que cualquier tormenta'. No saben de lo que están hablando”, ha argumentado.