WASHINGTON, 13 (EUROPA PRESS)
El presidente estadounidense, Barack Obama, ha asegurado este jueves que el Gobierno islamista egipcio que lidera Mohamed Mursi no es “ni aliado” ni “enemigo” de Estados Unidos, al tiempo que ha confiado en que Libia detenga a los autores del ataque contra el consulado en Benghazi que acabó con la vida del embajador estadounidense en el país norteafricano, Christopher Stevens, y de otros tres empleados consulares.
“No los consideramos aliados pero tampoco los consideramos enemigos, es un nuevo Gobierno que está tratando de tener su rumbo”, ha afirmado Obama, en una entrevista a la cadena de televisión de habla hispana Telemundo.
“Fueron elegidos democráticamente y creo que vamos a tener que ver cómo responden a este incidente”, ha indicado, antes de señalar que Estados Unidos está a la espera de saber si Egipto mantiene el tratado de paz con Israel. “Hasta ahora lo que hemos visto, por lo menos, es que en algunos casos han dicho lo correcto y han tomado las medidas correctas y, en otros, la manera en que han respondido a ciertos hechos quizá no coincida con nuestros intereses”, ha explicado.
El mandatario estadounidense ha incidido en que confía en que el Gobierno de Libia satisfaga la “insistencia” del Gobierno norteamericano y proteja las legaciones diplomáticas estadounidenses. “Si no toman medidas para proteger embajadas, como hacen otros países en los que tenemos embajadas, entonces tendremos un problema importante”, ha advertido.
IRÁN
En relación al programa nuclear iraní y las últimas declaraciones del Gobierno israelí al respecto, ha afirmado que Washington y Tel Aviv “están completamente unidos” en la convicción de que sería una “gran amenaza que Irán” tenga armas nucleares. “Por eso he ayudado a organizar una gran coalición internacional sin precedentes para poner increíbles presiones y sanciones sobre el régimen iraní”, ha indicado.
Obama ha asegurado que los iraníes “están teniendo muchos problemas económicos debido a esas sanciones”, por lo que los estadounidenses y sus socios occidentales les ofrecen “un camino para resolver esto diplomáticamente”.
Sin embargo, ha dejado claro que Estados Unidos mantiene “todas las opciones sobre la mesa” en el caso del régimen de los ayatolás. “Sí, hay una línea roja que no vamos a aceptar, que Irán tenga un arma nuclear. No sólo porque amenaza a Israel y, potencialmente, a Estados Unidos sino porque también puede caer en manos de terroristas. Y eso desataría una carrera armamentística en la región que sería increíblmente peligrosa”, ha subrayado.