Los demócratas han ampliado su mayoría en ambas cámaras del Congreso de EEUU y han reforzado la hegemonía necesaria para avanzar en propuestas como un segundo plan de estímulo y un cronograma para la retirada de las tropas en Irak.
En estas elecciones, que convertirán a Barack Obama en el primer presidente negro del país, los estadounidenses acudieron a votar de manera masiva como rechazo a las políticas impopulares de George W. Bush y como una urgente llamada al cambio.
Además de la elección presidencial, los estadounidenses fueron a las urnas para renovar la totalidad de los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 35 de los 100 escaños del Senado y 11 gobernadores, además de votar un centenar de iniciativas estatales.
A la sombra de Obama, los demócratas lograron victorias importantes en todo el noreste de EEUU y abrieron brecha en las zonas del sur y el oeste, según los resultados preliminares.
En el Senado, los demócratas lograron cinco escaños adicionales a los 51 que mantenían hasta ahora, cifra que incluye a los dos independientes que suelen votar con ellos.
Los republicanos, que contaban con 49 senadores, habrían reducido su presencia a 40 escaños, a falta de que se computen los votos en Georgia, Minesota, Oregón y Alaska.
En Minesota, por ejemplo, el republicano Norm Coleman llevaba una corta ventaja frente al demócrata Al Franken, un reconocido comediante y ex presentador de radio, y al independiente Dean Barkley.
En Alaska, el republicano Ted Stevens afronta una lucha cuesta arriba frente al demócrata Mark Begich, tras ser condenado la semana pasada por un caso de corrupción.
Entre los ganadores figuran el senador de Delaware, Joe Biden, que, sin embargo, tendrá que ser reemplazado por el gobernador de su Estado al haber ganado su candidatura a la vicepresidencia del país.
Pese a que los demócratas derrotaron a la senadora republicana Elizabeth Dole, en Carolina del Norte, y al republicano John Sununu, en Nuevo Hampshire, además de ganar en Virginia, Nuevo México y Colorado, aún no logran la “cifra mágica” de 60 escaños para alzarse con una “super mayoría” en la Cámara Alta.
Según los reglamentos del Senado, se requiere un mínimo de 60 votos para impedir cualquier intento de la minoría de torpedear los proyectos legislativos.
En la Cámara de Representantes, los demócratas, que cuentan con 235 escaños frente a los 199 de los republicanos, han logrado ampliar su mayoría en ese órgano legislativo en una veintena de escaños.
Con la derrota del legislador republicano Chris Shays, en Connecticut, los demócratas ganaron todos los puestos en liza en el sector de Nueva Inglaterra, en el noreste del país, y consiguieron el control absoluto de todos los escaños de Nueva York en la Cámara de Representantes por primera vez en 35 años.
Respaldado por los demócratas en el Congreso, Obama podrá avanzar en propuestas de corte popular como un segundo plan de médidas para estimular la economía, en momentos en los que el 90 por ciento de los estadounidenses manifiesta descontento con el rumbo del país.
Entre las prioridades demócratas figuran además un cronograma de salida de las tropas en Irak; una mayor regulación del sector financiero; la expansión de la cobertura médica para niños; la reforma energética; y mayores garantías sindicales, entre otros.
La economía fue el asunto dominante durante la contienda y lo que definió la victoria de Obama y de los demócratas en diversos puestos estatales y federales, según las encuestas.
Obama y sus correligionarios en el Congreso, sin embargo, afrontan la ingente labor de responder a la recesión y al grave déficit presupuestario, inflado por las guerras abiertas en Irak y Afganistán.
Ante esta realidad económica, los expertos coinciden en que el cuatrigésimo cuarto presidente de EEUU tendrá que adoptar el pragmatismo como bandera para conseguir sus metas.
Desde el sector empresarial, la Cámara de Comercio de EEUU ya mostró su compromiso para trabajar con Obama y el nuevo Congreso “para ayudar a reactivar el crecimiento económico, asegurar la transición de poder y responder a los muchos asuntos graves que afronta el país”.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha convocado una rueda de prensa al mediodía del miércoles para presentar lo que describió como “una nueva dirección para Estados Unidos”.