BRUSELAS, 11 (EUROPA PRESS)
Los ministros de Defensa de la OTAN y su homólogo afgano, Abdul Rahim Wardak, han dado este viernes luz verde al inicio del proceso de transición en el país asiático para que las fuerzas de seguridad afganas de manera progresiva asuman la responsabilidad de la seguridad del territorio, un proceso que debe completarse a finales de 2014, en línea con lo pactado en la Cumbre de Lisboa en noviembre pasado.
El secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen, ha confirmado en rueda de prensa la decisión de lanzar la fase operativa para iniciar la transición formal en Afganistán aunque ha insistido en que se trata de un proceso “basado en condiciones” de seguridad, gobierno y desarrollo mínimas que las autoridades afganas deberán garantizar para completar la transición de determinados territorios.
Rasmussen no ha querido “especular” con las provincias y distritos que se transferirán en un primer momento a las fuerzas afganas, algo que anunciará el presidente afgano, Hamid Karzai, el próximo 21 de marzo.
El secretario general aliado ha rechazado de forma insistente “especular” sobre los territorios que anunciará Karzai y no ha querido confirmar, si como apuntan los medios locales afganos, la provincia de Herat, donde están estacionadas parte de las tropas españolas, así como las de Panshir y Bamyan en el norte o las ciudades de Mazar-e-Sharif, la capital provincial de Helmand, Lashkar Gar, o la capital de Kabul, con la excepción del distrito con mucha presencia insurgente de Sarobi, a las afueras de la capital, se encuentran entre las primeras que serán transferidas.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, confirmó el pasado 22 de febrero que España prevé transferir la responsabilidad a las autoridades locales en la provincia afgana de Badghis en 2012, después de que este año pueda hacerse en la de Herat, aunque ha advertido de que esto no significa “automáticamente” que las tropas españolas “volverán a casa” el próximo año. Ambas provincias se encuentran en el oeste del país, más tranquilo que el sur o el este.
“El inicio de la transferencia de responsabilidad no implica el repliegue automático de las tropas, pero estamos ante el principio del fin de nuestra presencia militar en Afganistán”, ha reiterado este viernes la ministra en un comunicado del Ministerio de Defensa en el que precisa que “se prevé que el inicio de la transferencia de autoridad pueda tener lugar, en el caso de la provincia de Herat, antes de finales de este año 2011”, mientras que anticipa que la transferencia de la provincia de Badghis, donde España mantiene desplegado el grueso del contingente y tiene su Equipo de Reconstrucción Provincial “comenzará probablemente en el 2012”.
ENTRE 12 Y 18 MESES
Se espera que Karzai anuncie las mismas provincias y distritos que la comisión conjunta ha recomendado transferir en un primer momento, recomendaciones que este viernes han sido respaldadas por los aliados y Wardak. Fuentes aliadas aseguran que desde el anuncio de los territorios hasta que se transfieran de forma total pasarán “entre 12 y 18 meses” si no más para garantizar que la transferencia “es irreversible” y la insurgencia no puede recuperar su control.
El secretario general de la OTAN ha rechazado que la crisis en Libia impacte de forma negativa la misión afgana y también ha dejado claro que el fin de la transición no implicará que los aliados “abandonen Afganistán” a partir de esa fecha, cuando la misión pasará de una misión de “combate” a “un papel de apoyo en caso necesario”, lo que permitirá “reforzar” la instrucción y entrenamiento de las fuerzas de seguridad afganas.
En su discurso de apertura ante los aliados, Rasmussen ha dejado claro que a finales de 2014 se pasará de una misión de combate a una misión de apoyo y para “asistir en caso necesario”. “Permaneceremos en una rol de apoyo”, ha insistido.
Aunque el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, ha admitido que a partir de este año Estados Unidos comenzará a reducir parte de su contingente en Afganistán, ha criticado ante los aliados que “se habla demasiado de irse y no suficiente sobre la necesidad de garantizar que el trabajo está bien hecho” en Afganistán, advirtiendo de los riesgos de una retirada temprana y sobre todo de “retiradas nacionales sin coordinación” de efectivos sobre el terreno.
Los mandos militares de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad afgana (ISAF) anticipan que los talibán y otros grupos insurgentes tratarán de volver “más fuertes” este verano, algo compartido por Gates, especialmente en localidades del sur del país que hace un año controlaban los grupos insurgentes.
Aunque la OTAN confía en los progresos logrados por las fuerzas de seguridad afganas, que participan en cada vez más operaciones aliadas contra la insurgencia, Rasmussen ha advertido de que el Gobierno afgano no podrá financiar en el tiempo un cuerpo de Policía y Ejército como los que pretenden formar los internacionales y ha instado a los aliados y otros socios a garantizar recursos económicos para sostener estas fuerzas.
Las fuerzas de seguridad afganas cuentan en la actualidad con unos 270.000 efectivos, entre soldados y policías, aunque la OTAN quiere llegar hasta los 305.600 efectivos autorizados por Kabul en octubre de este año. Los mandos militares cifran en unos 700 los entrenadores especializados que todavía faltan sobre el terreno.
No obstante, el Gobierno de Kabul ya ha reclamado elevar este techo hasta los 378.000 efectivos entre policías y soldados afganos, una decisión que todavía no se ha tomado.
Además, fuerzas especiales estadounidenses sobre todo están contribuyendo a formar a un cuerpo de Policía Local Afgana, al margen del Ejército y de la Policía regulares, para contribuir a combatir la insurgencia en los distritos rurales de difícil acceso. Hasta la fecha hay 4.500 formados, pero Karzai ha autorizado a aumentarlos hasta los 10.000 e incluso, a largo plazo, se podría aumentar hasta los 30.000.