Fuerzas internacionales y afganas libraron este jueves el primer gran combate del año con talibanes en la frontera con Pakistán, mientras sigue viva la polémica por la intención paquistaní de minar la zona. Al menos 80 talibanes murieron en los combates, según el Ejército afgano, mientras que la OTAN elevó la cifra a 150, sin que ninguna de las dos fuentes informara de bajas entre sus filas.
En un comunicado, la Fuerza para la Asistencia a la Seguridad (ISAF, bajo mando de la OTAN) aseguró haber matado a 150 insurgentes en una operación combinada con el Ejército Nacional Afgano en el distrito de Bermel, de la provincia oriental de Paktika. No obstante, el portavoz del Ministerio de Defensa afgano, Zahir Azimi, explicó que las fuerzas afganas atacaron a los rebeldes por tierra mientras aviones de la OTAN los bombardeaban, rebajó el número de muertos hasta 80.
Según el comunicado emitido por la ISAF, las fuerzas conjuntas vieron cómo dos grandes grupos de supuestos talibanes entraban en la provincia de Paktika procedentes de Pakistán. Los rebeldes fueron observados mientras se reunían en Pakistán y cruzaban la frontera con el probable objetivo de lanzar un ataque contra las fuerzas internacionales desplegadas en territorio afgano.
Posteriormente, según la ISAF, los talibanes fueron perseguidos y finalmente abordados en varios puntos en una ofensiva que combinó fuego aéreo y terrestre en una zona escasamente poblada de la frontera afgana con Pakistán. Azimi explicó que los talibanes, que viajaban en dos camiones, fueron avistados dos horas después de la medianoche cuando cruzaban la frontera y añadió que los combates se produjeron a apenas un kilómetro de distancia de un puesto fronterizo paquistaní.
El portavoz de Defensa informó de que las fuerzas afganas capturaron a un ciudadano paquistaní herido, llamado Mohammad Noor y procedente de Miram Shah, una población de la zona tribal paquistaní fronteriza con Afganistán habitada por gente de la etnia pashtún, la misma de los talibanes afganos. Soldados de la ISAF y del ANA rastrearon la zona del combate durante la mañana de este jueves y encontraron once cadáveres de supuestos talibanes y grandes cantidades de munición, según su versión.
Ninguna de estas informaciones pudieron ser contrastadas con fuentes de la insurgencia talibán.
Primer gran combate del año
La batalla de esta madrugada es el primer combate con un importante número de bajas desde que comenzó el año, tras un 2006 que se convirtió en el más sangriento desde que el Ejército de EEUU derrocó al régimen integrista talibán en 2001. En 2006, año en que la OTAN asumió casi por completo el mando de las operaciones internacionales en Afganistán, unas 4.000 personas murieron por los combates y atentados en aumento, en su mayoría supuestos guerrilleros talibanes pero también muchos civiles.
El combate de este jueves llega en un momento en el que Afganistán y Pakistán se ven envueltos en un episodio más de su problemática vecindad. Afganistán viene acusando repetidamente a Pakistán de que en su territorio ofrece cobijo a terroristas de Al Qaeda y talibanes, que disfrutan de seguridad y apoyo en la zona tribal fronteriza con Afganistán.
Según Kabul, los santuarios que los terroristas mantienen en Pakistán son la base desde las que lanzan sus ataques en Afganistán. Pakistán respondió recientemente a estas acusaciones con el anuncio de que vallará y minará ciertas partes críticas de la línea de separación, de unos 2.500 kilómetros, una iniciativa duramente criticada por el presidente afgano, Hamid Karzai, con la que tampoco está de acuerdo la ONU.
Esta semana, durante la visita del ministro de Exteriores de Canadá, Peter Gordon MacKay, cuyo país tiene tropas en una de las zonas más violentas de Afganistán, las autoridades paquistaníes se avinieron a estudiar “otras opciones” de control fronterizo antes de proceder al minado, que teóricamente iba a comenzar este mes.
Ayuda en la huída de Bin Laden
El líder del grupo radical Hizb-e-Islami y ex primer ministro de Afganistán, Gulbudin Hekmatyar, aseguró este jueves que sus hombres ayudaron a Osama bin Laden a escapar de las montañas de Tora-Bora en octubre de 2001.
Hekmatyar, que en la actualidad está en la lista del FBI de los más buscados, aseguró en entrevista al canal Geo TV, la primera que concede en cinco años, que cuando en octubre de 2001 las tropas norteamericanas invadieron Afganistán, mantuvo un encuentro con Bin Laden y su lugarteniente Ayman Al Zawahiri. Según Hekmatyar, que durante la entrevista habla en urdu y cuyas palabras apenas se pueden apreciar con claridad, él mismo y sus hombres ayudaron a Bin Laden y a Al Zawahiri a huir de las montañas de Tora-Bora hasta un lugar seguro que no reveló.
“La razón que hay detrás del juego de acusaciones de EEUU es que dicen estar combatiendo a Al Qaeda para acabar con el terrorismo de una vez por todas”, dijo Hekmatyar. “Otra razón es que la población civil afgana no está siendo atacada en esta supuesta guerra contra el terrorismo”, añadió, “pero puedo asegurar categóricamente que cada día EEUU lleva a cabo cerca de 600 ataques, aunque sólo unos pocos son difundidos por los medios”.
Refiriéndose a la relación entre Al Qaeda y los talibanes, declaró: “no hemos firmado pactos (...) con los talibanes, pero les apoyamos moralmente (...) en su lucha por sacar al país (Afganistán) de las garras de EEUU (...), que es el país más odiado de la Historia.”