BAGDAD, 8 (Reuters/EP)
Quince partidos políticos iraquíes deberían ser excluidos de las elecciones del próximo 7 de marzo por sus presuntos vínculos con el partido Baath, del ex dictador iraquí Sadam Husein, ilegal en el país, según afirmó este viernes una comisión.
La recomendación del panel, cuya legitimidad ha sido cuestionada, no es concluyente, pero de cumplirse podría dañar los intentos de unificar el país después de años de violencia sectaria, mientras se dirige hacia unas elecciones generales que se espera traigan estabilidad.
La Comisión para la Justicia y la Responsabilidad, un organismo independiente que pretende, en parte, asegurar que el Partido Baath no regresa a la vida pública, afirmó ayer que, entre otros, el Frente para el Diálogo Nacional de Saleh al Mutlaq no debería participar en las elecciones.
Al Mutlaq, muy popular entre la minoría suní que dominaba Irak bajo la Administración de Sadam, condenó el edicto por considerar que se basa en motivos políticos y aseguró que lo apelará en los tribunales federales.
“Es un hecho absurdo cometido por la comisión para la 'desbaathificación', y demuestra de nuevo que no hay una base real para que se produzca un proceso democrático en Irak”, afirmó Al Mutlaq.
Por otro lado, negó las acusaciones de que está difundiendo las ideas baathistas. “Si por defender Irak y hablar en contra de la ocupación se considera que estoy difundiendo ideas sobre el partido Baath, están en lo cierto”, añadió. “Más allá de esto, nunca he dicho nada de parte de ningún partido excepto del frente al que pertenezco”, aseguró.
“Apelaré esta decisión ante un tribunal federal y veré si hay justicia real en Irak o no la hay”, concluyó.
La recomendación de la comisión, que sustituye al Comité para la 'desbaathificación', se trasladará a la comisión electoral (IHEC) para que ésta tome una decisión, pero los tribunales iraquíes tendrán la última palabra.
Miles de miembros del partido de Sadam fueron expulsados del Gobierno de Irak después de que las fuerzas estadounidenses derrocaran al dictador. Washington ha admitido que el proceso de apartar a los miembros del partido Baath fue demasiado lejos y ha respaldado los esfuerzos hacia una reconciliación entre los suníes y los chiíes.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ha prometido permitir a los antiguos miembros de este partido regresar al Gobierno. Mientras, la disputa entre el Parlamento y el Gobierno sobre la implantación de la ley que prevé los nombramientos de algunos baathistas y sobre la legitimidad de la comisión revelan lo sensible de la cuestión.
Un diputado chií y director de la comisión legal del Parlamento, Baha al Araji, indicó que el anuncio es inválido porque el nombramiento de las personas que dirigen la comisión no ha sido aprobado por el Parlamento.
“Los partidos afectados tienen derecho a apelar ante un tribunal”, afirmó Al Araji. “Además de esto, la decisión es deficiente porque la dirección de la Comisión de Justicia y Responsabilidad aún no se ha formado”, insistió.