El Protocolo de Kioto se prorroga hasta 2020
La Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático (COP18) que se celebra en Qatar ha concluido con un acuerdo para prorrogar hasta 2020 el conocido como Protocolo de Kioto para la reducción de gases de efecto invernadero.
El acuerdo, conocido como Puerta Climática de Doha, supone prorrogar Kioto ocho años, el único tratado internacional vinculante para combatir el calentamiento global. Sin embargo, Rusia, Japón y Canadá, entre otros, no han accedido a este nuevo compromiso con lo que las emisiones de CO2 de los participantes suponen ahora apenas el 15 por ciento de las emisiones globales.
“Les agradezco a todos ustedes su buena voluntad y el duro trabajo para avanzar en este proceso”, ha afirmado el presidente de la Conferencia, Abdulá bin Hamad al Attiyah, durante la presentación de los resultados de las negociaciones maratonianas de la conferencia. La COP18 en realidad debería haber concluido el viernes, pero fue prorrogada para lograr un acuerdo.
El delegado ruso, Oleg Shamanov, sin embargo, ha manifestado la negativa de su país, que rechaza prorrogar el Protocolo de Kioto más allá de 2012. Rusia defendía una utilización menos restringida de los derechos de emisión no usados.
Todas las delegaciones presentes en Doha han reconocido que el acuerdo final no satisface las recomendaciones de los científicos, que pedían medidas drásticas para evitar un calentamiento que provoca olas de calor, tormentas de arena, inundaciones, sequías o la subida de los niveles del mar.
El Protocolo de Kioto, firmado en 1997, obligaba a 35 países industrializados a reducir una media de al menos un 5,2 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero tomando como referencia las emisioens de 1990. Sin embargo, ya en su origen no incluía a países desarrollados tan importantes como Estados Unidos --que lo firmó, pero no lo ratificó-- y no imponía objetivos de reducción de los gases a los países en desarrollo como China, India, Brasil o México.
Las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, crecerán este año un 2,6 por ciento a nivel mundial y duplican ya las tasas de 1990, fundamentalmente por las aportaciones de grandes potencias en desarrollo como China o India.
Calendario de negociación.
El acuerdo alcanzado en Doha aplaza además hasta 2013 las negociaciones sobre la demanda de los países en vías de desarrollo, que exigen mayores donaciones para ayudarles a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, y deja para 2015 la firma de un nuevo acuerdo global que entraría en vigor en 2020.
Las negociaciones se dividirán en dos “corrientes”, una que estudiará las medidas para combatir el cambio climático a partir de 2020 y otra que se encargará de las medidas para estimular un acuerdo ambicioso antes de esa fecha.
La primera ronda de contactos, según el acuerdo alcanzado en Doha, será entre el 29 de abril al 2 de mayo de 2013 en Bonn (Alemania); la siguiente posiblemente en septiembre de 2013 y al menos dos reuniones más en 2014 y otras dos en 2015. Estas negociaciones se denominarán Plataforma de Durban, nombre de la ciudad sudafricana donde el año pasado se celebró la reunión sobre calentamiento global en la que se acordó 2020 como fecha para la entrada en vigor de un pacto mundial.
En cuanto a los objetivos económicos, en Doha no se ha cerrado un calendario para cumplir con el objetivo de incrementar hasta los 100.000 millones de dólares anuales las ayudas para que las economías en desarrollo recorten sus emisiones.
El texto “anima a los países desarrollados a incrementar sus esfuerzos para proveer de recursos de al menos el nivel (de 2010-12) para el periodo 2013-15” y prevé negociaciones el año próximo para determinar nuevas fuentes de finanziación. En 2009 los países desarrollados acordaron destinar 10.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para adaptarse y fijaron el objetivo de 100.000 millones de dólares para 2020.