BRUSELAS, 27 (Reuters/EP)
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, instó este sábado a la Unión Europea a que aumente su gasto militar para cimentar las nuevas políticas de seguridad estipuladas en el Tratado de Lisboa y obtener así la influencia deseada en el panorama global. Asimismo, emplazó a los europeos a dar un mayor apoyo a la presencia militar en Afganistán.
Rasmussen concedió que el Tratado de Lisboa refuerza las políticas de seguridad y defensa de la Unión Europea, pero aseguró que el bloque seguirá siendo “un tigre de papel” si no realiza “contribuciones militares concretas” en el momento en el que la OTAN así lo solicite.
“Tenemos la importante responsabilidad de demostrar el claro compromiso político a través de la inversión en los ámbitos necesarios”, declaró Rasmussen en referencia al nivel de gasto en defensa de la UE, en unas declaraciones realizadas en el Foro Bruselas.
El secretario general de la OTAN pidió igualmente más respaldo popular europeo a la guerra en Afganistán y al escudo de defensa antimisiles que Estados Unidos planea instalar en el este de Europa en un momento en el que, según precisó la ex secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, la popularidad de la Alianza Atlántica en la opinión pública estadounidense ha alcanzado mínimos históricos.
“Los europeos no deberíamos dar por sentada nuestra intensa relación transatlántica. La mejor forma de demostrar el valor de esta alianza es a través de ejemplos prácticos, como por ejemplo en forma de contribuciones a nuestra operación en Afganistán”, añadió. “Así se demostraría al pueblo estadounidense la relevancia de nuestra relación”.
El secretario general pidió a los estados miembros de la OTAN que ratifiquen su apoyo al sistema defensivo antimisiles en la próxima cumbre de noviembre, y que busquen la más mínima oportunidad posible para cooperar con Rusia en materia de defensa.
El escudo antimisiles pretende servir de mecanismo de protección ante un hipotético ataque iraní. La construcción del escudo en Rumanía --y posiblemente Bulgaria--, tan cerca de la frontera con Rusia, ha provocado una enorme incomodidad en el Kremlin, puesto que supondría una violación de los acuerdos ruso-estadounidenses que prohíben el desarrollo de más de dos sistemas de intercepción de misiles nucleares.
Irán cuenta en su arsenal con misiles de largo alcance capaces de alcanzar a países miembros de la OTAN como Turquía, Grecia, Rumanía y Bulgaria. Para Rasmussen, es el ejemplo de una amenaza “real y en aumento” que suponen las armas de destrucción masiva, ya que en estos momentos, más de 30 países están desarrollando proyectiles con capacidad nuclear y con un radio de alcance cada vez más amplio. “Y en muchos casos, estos misiles podrían terminar amenazando a nuestras poblaciones y territorios, incluso a Rusia”, completó el secretario general.