El ex espía ruso Alexander Litvinenko, supuestamente asesinado por radiación con polonio 210, fue enterrado este jueves en Londres, mientras la Policía interroga en Moscú a las últimas personas con las que se reunió antes de caer enfermo.
Unas 50 personas asistieron al discreto funeral del ex coronel del Servicio Federal de Seguridad (FSB, la antigua KGB) en el cementerio londinense de Highgate (al norte de la ciudad), donde están enterradas personalidades como Carlos Marx.
Entre los asistentes a la ceremonia privada estuvieron la esposa del fallecido, Marina, y el hijo de 12 años de ambos, Anatoli, así como los padres del ex espía, Valter Litvinenko y Nina Belyavskaya, y su primera mujer, Natalia.
Varios amigos del ex agente secreto, fallecido el pasado 23 de noviembre, estuvieron también presentes, entre ellos Alex Goldfarg, una de las últimas personas que le vio antes de morir; el millonario ruso exiliado en el Reino Unido Boris Berezovsky; el cineasta Andrei Nekrasov, el disidente chechén Ahmed Zakayev y Lord Frank Judd, director de la campaña para Salvar Chechenia.
Litvinenko, de 43 años, fue enterrado en un ataúd especial para evitar un escape de radiación, aunque no han trascendido más datos sobre las características.
Durante el funeral, que debía ser no confesional por deseo de la esposa del fallecido, un imán pronunció unas inesperadas plegarias, lo que contrarió a algunos de los familiares y amigos presentes.
Antes de la ceremonia en Highgate, varias personas, incluido el padre del muerto, se reunieron en la mezquita de Regent's Park, en el centro de la ciudad, para escuchar unas plegarias en memoria de Litvinenko.
Según la agencia británica de noticias PA, Valter Litvinenko dijo recientemente que su hijo se había convertido al Islám poco antes de su muerte en el University College Hospital de Londres.
Mientras los allegados de la víctima le daban el último adiós en Londres, en Moscú las autoridades rusas, en colaboración con la Policía británica, proseguían la investigación del caso.
La Fiscalía general anunció que ha abierto una investigación penal por el asesinato de Litvinenko y el intento de asesinato por supuesto envenenamiento de uno de sus contactos, Dmitri Kovtun, con quien se reunió en Londres.
Las autoridades interrogaron el miércoles a Kovtun, que está en estado crítico, al tiempo que se ha pospuesto el interrogatorio de otro testigo del caso, Andréi Lugovói.
Supuestamente, Litvinenko se reunió con Kovtun y Lugovói en el hotel londinense Millennium el 1 de noviembre, el día en que cayó enfermo.
Un tercer supuesto testigo, Viacheslav Sokolenko, ha negado haberse visto con Litvinenko en ese hotel antes de que fuera hospitalizado.
La Agencia británica de Protección de la Salud (HPA) anunció hoy que siete trabajadores del Millennium han dado positivo de pequeñas dosis de radiación, que no suponen una amenaza inmediata para su salud ni plantean un riesgo para el público.
Las autoridades sanitarias pidieron a las personas que estuvieron en el bar del hotel del 31 de octubre al 2 de noviembre que se pongan en contacto con el Servicio Nacional de Salud.
Hasta hoy, sólo dos personas en el Reino Unido habían dado positivo de radiación por polonio 210, el consultor italiano Mario Scaramella, que se reunió con el ex espía el día en que enfermó, y la esposa de la víctima, aunque ambos están fuera de peligro.
En una carta póstuma, Litvinenko responsabilizó directamente al presidente ruso, Vladimir Putin, de su suerte.