Los talibanes negocian por teléfono la liberación de los 21 surcoreanos

“La conversación telefónica fue realizada con el embajador coreano. Durante el diálogo, la parte coreana dijo que intentarían convencer a los Gobiernos de Kabul y Estados Unidos de que acepten nuestra demanda”, aseguró Ahmadi, en referencia a un canje de los rehenes por varios presos insurgentes.

El portavoz también afirmó que durante la jornada de este miércoles no se retomaron las discusiones con la delegación afgana que en los últimos días ha mantenido el contacto con los secuestradores. “Una delegación coreana nos ha contactado y quería vernos cara a cara. Nosotros también lo queremos, así que hemos aceptado reunirnos con ellos”, afirmó Ahmadi, que precisó, sin embargo, que “el momento y el lugar aún no se han decidido”.

El encuentro directo de los secuestradores con los delegados de Seúl también fue confirmado por el portavoz del gobierno provincial de Ghazni, Shirin Mangal, quien no ofreció detalles.

Salud resentida

El sí de los talibanes a reunirse con los surcoreanos se produjo un día después de que los propios secuestradores advirtieran de que la salud de los rehenes se ha resentido tras dos semanas de cautiverio, especialmente la de tres de ellos. Los surcoreanos son voluntarios cristianos que fueron capturados en Ghazni, en el este de Afganistán, el pasado 19 de julio, cuando viajaban entre la sureña ciudad de Kandahar y Kabul.

Cuando apenas había pasado una semana, los secuestradores mataron a balazos al líder del grupo, de Bae Hyung-kyu, un pastor evangélico de 42 años, y el pasado lunes acabaron con la vida de otro rehén, Shing Sun-min, de 29 años. Según los talibanes, ambos fueron ejecutados porque el Gobierno de Kabul no había respondido “positivamente” a sus demandas.

A cambio de los 21 surcoreanos que siguen con vida, los insurgentes reclaman la excarcelación de varios prisioneros rebeldes de la cárcel de Pul-e-Charkhi, en las afueras de Kabul. En este sentido, el Ejecutivo afgano ha señalado que hará todo lo posible por lograr la liberación de los rehenes, pero siempre dentro de los límites de “las leyes y la Constitución” de Afganistán.

El Gobierno de Kabul no se ha pronunciado acerca de la posibilidad de una operación militar contra los secuestradores, pero esta opción fue hoy descartada por el Gobierno surcoreano a través de su ministro de Exteriores, Song Min-soon. Éste, tras reunirse en Manila con el subsecretario de Estado de EEUU, John Negroponte, aseguró que Seúl y Washington han acordado desechar cualquier tipo de acción militar en relación con el secuestro.

La crisis de los rehenes ha desatado una ola de llamamientos internacionales en favor de su liberación, entre ellos los de los ministros de Asuntos Exteriores de la región Asia-Pacífico y la Unión Europea, que este miércoles condenaron el secuestro y se comprometieron a hacer lo posible dentro de su capacidad para solventarlo. Está previsto que un grupo de parlamentarios surcoreanos del partido gubernamental y la oposición viaje en los próximos días a Washington para recabar apoyo político de EEUU y entrevistarse con el secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon, en relación con el caso.

Dos semanas secuestrados

Los rehenes cumplieron este miércoles dos semanas en manos de los secuestradores, sin que éstos hayan dado un nuevo ultimátum al Gobierno de Kabul para acceder a sus demandas. En los catorce días que van de secuestro, los captores han ido dando sucesivos plazos que luego han ido ampliando, aunque en dos ocasiones han cumplido su amenaza de ejecutar a algún rehén.

Además de los surcoreanos, que son el mayor grupo extranjero capturado en Afganistán desde la caída del régimen talibán, en el país asiático permanece secuestrado desde hace quince días un ciudadano alemán. Este fue capturado en la provincia centro-oriental afgana de Maidan Wardak junto con otro ingeniero de la misma nacionalidad, cuya muerte fue anunciada por los talibanes el pasado 21 de julio.