Timoshenko pone fin a la huelga de hambre que comenzó contra el fraude electoral

KIEV, 16 (Reuters/EP)

La ex primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko ha puesto fin este viernes a la huelga de hambre que inició hace 18 días para protestar contra el supuesto fraude electoral cometido por el partido del presidente, Viktor Yanukovich, en los comicios parlamentarios del 28 de octubre.

Timoshenko ha anunciado su decisión de deponer su protesta en un comunicado difundido por su partido, Batkivshchina (Patria), y en el que ha vuelto a recordar “lo que todo ucraniano ya sabe”, que “las elecciones parlamentarias fueron fraudulentas”. La ex primera ministra ha advertido de que seguirá su “lucha” contra “el régimen corrupto de Yanukovich” mediante “otros métodos”.

Observadores internacionales también han denunciado irregularidades durante el proceso electoral y han criticado, entre otras cuestiones, el mal uso de los recursos públicos, la parcialidad de los medios o la opacidad de las donaciones a las campañas.

Timoshenko, líder de la Revolución Naranja de 2004, fue condenada en octubre de 2011 a siete años de cárcel por abuso de poder, en concreto por la firma de un acuerdo de gas supuestamente perjudicial para el país.

La ex primera ministra acusa a Yanukovich de llevar a cabo una 'vendetta' política contra ella. Al proceso de abuso de poder se suma también otro juicio por malversación de fondos y evasión fiscal que se reanudará el próximo 23 de noviembre.

El Partido de las Regiones del presidetne se hizo en octubre con la mayoría de escaños en el Parlamento. Las tres principales formaciones de la oposición, incluido Batkivshchina, se hicieron con 178 de los 450 escaños que componen la Cámara y ahora, con el fin de la huelga de hambre de Timoshenko, previsiblemente centrarán todos sus esfuerzos en desarrollar una estrategia parlamentaria más firme.

Timoshenko ha pasado la mayoría del tiempo desde que fuese condenada en un hospital de Jarkiv, donde se recupera de graves problemas de espalda. El doctor alemán Lutz Harms, responsable de su tratamiento, calcula que la antigua jefe de Gobierno necesitará entre 17 y 18 días de rehabilitación para recuperarse de su huelga de hambre, que le ha provocado un aumento “significativo” del dolor.