ANKARA, 22 (Reuters/EP)
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha pedido nuevamente este martes al presidente sirio, Bashar al Assad, que dimita “sin derramar más sangre” y por el bien de la paz en la región, al tiempo que ha dejado claro que Turquía no dará la espalda a los sirios.
Asimismo, Erdogan ha considerado que Al Assad debería aprender la lección de lo ocurrido al exlíder libio Muamar Gadafi y ha asegurado que las críticas contra la represión por parte de Damasco no suponen a una petición de una intervención militar internacional en el país.
“Sin derramar más sangre, sin provocar más injusticias, por el bien de la paz para el pueblo, para el país y la región, dimite por fin”, ha declarado Erdogan dirigiéndose expresamente a Al Assad.
“No tenemos los ojos puertos en los territorios de ningún país, no tenemos ningún deseo de interferir en los asuntos internos de ningún país”, ha asegurado el primer ministro turco, si bien ha dejado claro que “cuando se persigue a un pueblo, especialmente un pueblo que son nuestros familiares, nuestros hermanos, y con los que compartimos 910 kilómetros de frontera, no podemos pretender en ningún caso que no está ocurriendo nada y volver la espalda”.
Por otra parte, Erdogan ha señalado que las críticas --cada vez más contundentes-- de Ankara hacia el régimen de Al Assad no constituyen un llamamiento a una intervención exterior. “Criticar a un dictador que persigue y vuelve sus armas contra su propio pueblo no es interferir en asuntos internos, no es pedir al mundo una intervención militar”, ha aseverado. “No queremos otra cosa que la paz y el bienestar para un pueblo que es nuestro hermano”, ha agregado.
Entretanto, la cadena CNN Turk ha informado este martes de que el comandante del Ejército de Tierra turco se encuentra en la ciudad de Sanliurfa, en el sur del país y cerca de la frontera siria, para pasar revista a las tropas, sin dar más detalles.
Los diarios turcos habían informado el pasado fin de semana, citando fuentes oficiales, de que Turquía podría establecer una zona de exclusión aérea o una zona tampón en territorio sirio para proteger a la población de las fuerzas de seguridad del régimen, con el fin de contener un potencial éxodo masivo de refugiados desde Siria. Actualmente hay más de 7.000 refugiados sirios que residen en campamentos dentro de Turquía.