La Unión Europea pidió este lunes una solución política o humanitaria al caso de la activista saharaui Aminetu Haidar, aunque reconoció que se trata de un asunto “bilateral” entre España y Rabat.
“Esperamos que todavía se pueda encontrar una solución política o humanitaria de compromiso”, afirmó la comisaria europea responsable de Política de Vecindad, Benita Ferrero-Waldner, en una rueda de prensa tras una reunión ministerial UE-Marruecos.
La comisaria manifestó preocupación “por el deterioro de la salud” de Haidar, en huelga de hambre desde hace 22 días tras ser serle negada la entrada en Marruecos, pero recalcó que se trata de “una cuestión bilateral” entre Madrid y Rabat.
En la reunión de este lunes se trató el caso de Haidar y la UE manifestó su “preocupación e inquietud”, así como la “esperanza de encontrar una solución humanitaria a este caso dramático, dijo el secretario de Estado sueco de Asuntos Exteriores, Frank Belfrage, en nombre de la presidencia de turno de la UE.
Fasi Fihri insistió en que la propia Haidar “ha buscado esta situación”, al intentar entrar en territorio marroquí con un pasaporte de ese país pero afirmando que no era marroquí.
Después “entregó el pasaporte junto con su tarjeta de identidad”, añadió el ministro marroquí.
“Fue expulsada de acuerdo con las normas internacionales de transporte”, subrayó el ministro, quien recordó que Haidar ha viajado al extranjero durante cinco años sin plantear este asunto, por lo que, según él, “la cuestión que cabe preguntarse es por qué lo hace ahora”.
Fasi Fihri recalcó que el Gobierno español “ha hecho cosas excepcionales” al proponer a Haidar el asilo político y luego la nacionalidad española, posibilidades que ha rechazado tras recibir “instrucciones” de “otra parte”.
Aseguró, en este sentido, que Haidar “no es una militante de los derechos humanos”, sino que “está dentro de una lógica política” dentro de la cual apuntó al Frente Polisario.
Fasi Fihri dijo que Aminetu Haidar “recibe instrucciones de quienes le dan órdenes”.
Preguntado acerca de qué posibles salidas, apuntó a la posibilidad de que Haidar vuelva a solicitar un pasaporte marroquí, aunque añadió acto seguido que el Gobierno de Rabat debe tener en cuenta a la opinión pública de su país y que el pasaporte marroquí “no es un trapo, no es algo que se pueda tirar”.
El responsable marroquí de Exteriores aseguró que Haidar “no fue inquietada ni maltratada” cuando no se le permitió entrar en Marruecos, e insistió en que no la considera “defensora de los derechos humanos”.
El ministro afirmó que se quiere “envenenar” la relación entre España y Marruecos, que en los últimos años se ha convertido en un interlocutor clave de Madrid en cuestiones como terrorismo, inmigración o inversiones.
También aseguró que el Gobierno de Rabat no dio su autorización al Gobierno español para que Haidar viajara el pasado viernes de vuelta a Marruecos, un vuelo que se frustró cuando los pasajeros estaban ya en el avión.