Cristina Brito es una joven grancanaria que el pasado agosto decidió cambiar sus vacaciones de verano por ir a colaborar en la reconstrucción de edificios en Palestina, y lo hizo a sabiendas de que parte del trabajo que realizaría podía quedar en vano en un escaso margen de tiempo.
Y es que, según relata esta estudiante de sociología residente en Las Palmas de Gran Canaria, una vez reconstruidas las viviendas, el ejército de Israel podía decidir tirarla sobre la marcha y echar por tierra el trabajo de muchas personas:
“Nosotros colaboramos en el adecentamiento de casas y colegios que ya habían sido tiradas previamente por el ejército israelíes y lo que intentábamos era que se ocuparan inmediatamente porque entonces el ejército de Israel tenía que comenzar un proceso que demoraba el derribo por dos años”.
Cristina partió rumbo a Palestina junto a unos 20 voluntarios más de la ONG Acción en Red, cuenta que ya había pensando mucho marcharse a ayudar durante bastante tiempo y que este vez al fin fue la definitiva:
“Yo soy activista desde los 15 años y estoy muy comprometida con la causa Palestina, es una injusticia lo que se está produciendo allí. La casualidad hizo que la fecha de nuestra marcha coincidiera con el episodio más violento del último enfrentamiento con Israel”.
En junio de 2014 se inició una nueva escalada de violencia entre Palestina e Israel, en esta ocasión a consecuencia del secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes que motivó una contundente respuesta del gobierno de Netanyahu.
Entre los cruces de acusaciones entre Hamás e Israel, este último detuvo a más de 1.000 personas en Cisjordania y Jerusalén Este y comenzó una nuevo ofensiva militar en territorio palestino.
A pesar de los peligros que su viaje podía entrañar, Cristina decidió hacerlo y a la vuelta, y con la experiencia lo suficientemente reposada, reconoce que se trata de la mejor decisión que ha tomado en toda su vida. Fue tan enriquecedora la experiencia que vivió en Palestina que ya está planeando regresar de nuevo a ayudar en la reconstrucción.
Y lo hace a pesar de las tensas situaciones que le tocó vivir y de lo duro que se volvía por momentos trabajar en unas condiciones tan complicadas: “La mayoría de las escuelas y casas en las que colaboramos estaban hechas de adobe. Allí hay poca luz y para que los soldados no nos vieran teníamos que hacer los ladrillos a oscuras y llevarlos a las construcciones también sin luz”.
Uno de los colegios en los que ayudaron se encontraba al lado de una base militar israelí, lo que unido a la oscuridad y a lo angosto del terreno complicaba mucho las labores de reconstrucción.
“¡Pero si solo son niños!”
Durante su estancia en Palestina la expedición de la que formaba parte Cristina no estuvo exenta de peligros, unos peligros que para los residentes de la zona forman parte del día a día.
En la visita que realizaron a Hebrón, donde conviven colonos israelíes y ciudadanos palestinos, cuenta como antes de entrar en un checkpoint varios niños correteaban alrededor de ellos pidiéndoles cosas.
“Los niños comenzaron a pasar por el control haciéndonos señas y los militares, de no más de veinte años, se afanaban diciéndonos que viéramos como los niños nos molestaban. ¡Pero si son solo niños!, le contestamos nosotros. Finalmente decidimos marcharnos para evitar algún problema”.
Otro de los momentos más complicados lo vivieron en los campos de refugiados de Belén. Allí presenciaron a un grupo de palestinos tirando piedras contra un muro “grandísimo” mientras el ejército de Israel les contestaba a tiros: “Era algo inimaginable, tiraban piedras contra un muro al que ni siquiera llegaban y a cambio recibían disparos”.
Cristina lamenta que estas situaciones sigan produciéndose y acusa directamente a EEUU y a Europa de hacer caso omiso a las violaciones de los Derechos Humanos que se producen a diario. Este miércoles se celebra el Día Internacional de Los Derechos Humanos y Cristina estará presente relatando su experiencia en unas jornadas organizadas este viernes por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para conmemorar este día.
“Una violación clara de los derechos humanos”
“Lo que sucede en los territorios ocupados de Palestina es una violación clara de los Derechos Humanos”. Así de contundente se muestra José Abu-Tarbush, experto en la cuestión palestina y el mundo árabe e islámico, además de profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Laguna.
Abu-Tarbush relata casos de palestinos enfermos con cáncer que prefieren morir junto a sus familias a tener que desplazarse a territorio israelí a recibir terapia por miedo a no saber si podrán volver.
“La imagen que vende Israel es que se retiró de la Franja de Gaza y que los palestinos en lugar de seguir con su vida siguen atacándolos. Las causas centrales del conflicto permanecen intactas e incluso se han intensificado tras los últimos acontecimientos”.
Este experto recuerda que la ocupación militar israelí en territorio palestino es la más larga que se ha producido en la historia contemporánea y que ahora mismo ambas partes se encuentran negociando las condicones del alto el fuego para que sean lo más permanente posibles.