El presidente derrocado de Honduras, Manuel Zelaya, cruzó este viernes la frontera con Nicaragua y pisó territorio hondureño con el apoyo de sus simpatizantes, que lo rodearon en una suerte de cadena humana para protegerlo de las fuerzas de seguridad, ante una posible detención.
Zelaya cruzó acompañado por su canciller, Patricia Rodas, mientras que en la ciudad hondureña de El Paraíso, miles de manifestantes eran retenidos por los militares, informó la Agencia Boliviana de Noticias (ABN). Antes de su llegada, el mandatario depuesto pidió a las fuerzas militares que “no usen la violencia, ya que tengo el derecho legítimo de regresar a mi país y atender el mandato que el pueblo hondureño me dio”.
Mientras cruzaba la frontera, el mandatario declaró que sólo está defendiendo sus derechos que “y los señores que están en esta actitud deben bajar sus fusiles y dialogar, yo creo que en el mundo está en riesgo el sistema democrático y no debemos ceder en este campo”. En cuanto a la posibilidad de que las autoridades de facto lo apresen, Zelaya afirmó que la justicia de los “golpistas es una justicia nula”, por ello indicó que si lo detiene el régimen de facto “cometería un gran error porque esa situación no la aceptaría nadie”.
Familia de Zelaya
Por su parte, la primera dama hondureña, Xiomara Castro de Zeleya, quien junto a sus hijos, la madre del mandatario y la suya, no ha podido llegar al paso fronterizo de Las Manos para reunirse con su marido, adelantó a Telesur vía telefónica que pese a las restricciones llegará caminando y apeló a la conciencia de las Fuerzas Armadas y de la Policía de Honduras.
“Vamos a pasar caminando hasta llegar al otro retén (...) Estamos apelando a la conciencia especialmente de las Fuerzas Armadas y de la Policía no olviden que son y vienen del pueblo”, insistió. Asimismo, se declaró triste por la actual situación, en la que “los mismos hondureños están golpeando a los mismos hondureños”.
“Lo único que pedimos es que tengamos oportunidad de movilizarnos y llegar a la frontera que es a donde queremos llegar”, añadió. En este sentido recordó que “han pasado 16 días, ha pasado tanto tiempo, lo único que queremos es acercarnos a él, nos llena de emoción y preocupación porque no permiten que lleguemos a él”, .
“Hemos visto la paciencia del presidente, estamos reclamando que en realidad se cumplan las presiones que ejercen los países, hacemos un llamado de atención, porque ellos tienen una forma y una manera de resolver este problema”, apuntó.
Posible detención
Momentos antes, desde la localidad nicaragüense de Las Manos, el lugar elegido para entrar en Honduras, el presidente derrocado aseguró que no teme a los golpistas y que “si me apresan al entrar a Honduras provocarán la indignación del pueblo hondureño”. Rodeado de medios de comunicación, Zelaya aseguró que los militares en la zona “deben ser juzgados por tribunales internacionales. ”Muéstrenme los francotiradores“, dijo el mandatario dirigiéndose a la multitud que lo acompaña.
Aun así, y de acuerdo con información suministrada por el canal de noticias Telesur, un inspector de apellido Rodríguez advirtió de que Zelaya sería detenido en cuanto tocase suelo hondureño. Por su parte, Zelaya mantuvo conversaciones telefónicas antes de dirigirse a la aduana con varios líderes internacionales como los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y de Argentina, Cristina Fernández.
Mientras, en Honduras, dos personas han resultado heridas de bala en El Paraíso, uno en un hombro y otro en una oreja, ambos por presuntos disparos de miembros del Ejército de Honduras, según informó la ABN.