La nueva fajana se ensancha y la lava engulle por completo la playa de Los Guirres
La nueva fajana que se empezó a crear con la lava de la colada número 2 del volcán de La Palma en la madrugada del miércoles ha engullido por completo la playa de Los Guirres y amenaza con sepultar un local de hostelería que hay en la zona, según han informado a Efe fuentes del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).
La fajana está creciendo sobre todo a lo ancho y la lava ya se ha encaramado sobre la tarima del chiringuito de la playa, añaden las fuentes. El Cabildo de La Palma ha explicado que la lava fluye sobre coladas previas de la zona central y se bifurca en dos lenguas por debajo de la montaña de Todoque, desembocando en la mencionada playa de Los Guirres.
Francisco Prieto, portavoz del Plan de Emergencia Volcánica de Canarias (Pevolca), ya avanzó este miércoles que la lava sigue rellenando y haciendo crecer en superficie la colada número 2 y que probablemente acabe habiendo un relleno entre las coladas 1 y 9 en los próximos días.
Hasta ahora han quedado arrasados casi 65 kilómetros de carreteras y casi 294 hectáreas de cultivos, de los que la mayoría (167,4) son plataneras; casi 60 son viñedos y unos 25, aguacateros.
Hasta ahora, hay 7.000 personas evacuadas, de las que 2.120 tenían su residencia en el perímetro afectado directamente por la lava. El municipio con mayor afección es Los Llanos, que aglutina el 75% de la población evacuada.
Según los datos aportados por el Cabildo de La Palma, hasta ahora se han recaudado vía donaciones un total de 7.442.151,83 euros.
Hasta ahora la superficie total afectada por la lava en el Valle de Aridane es de 1.000 hectáreas, en las que se han visto destruidas 1.179 viviendas, 149 cuartos de aperos, 67 edificaciones de uso industrial, 33 de ocio y hostelería, 13 de uso público y 15 de otros usos.
Vida en aguas junto a la fajana
El fotógrafo Francis Pérez y el Instituto Español de Oceanografía (IEO) han captado imágenes submarinas de la fajana formada por el volcán de La Palma de hasta 120 metros de profundidad.
Algunas imágenes han sido tomadas con el robot submarino Liropus 2000, a bordo del buque oceanográfico Ángeles Alvariño, y otras con la cámara subacuática de Pérez, según explica este último en las redes sociales.
En ellas se pueden apreciar diferentes formaciones lávicas y señales de vida, como corales o un banco de peces.
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