Demos, la moneda social que nació en La Isleta

Javier Lópex

Las Palmas de Gran Canaria —

Corría el año 2011, tiempos de abolición de derechos sociales históricos, cronificación de cifras desorbitadas de desempleo, empobrecimiento galopante de las clases medias, descapitalización de los mercados para la concentración del dinero en pocas manos... Y en esto llegó el 15M. La ciudadanía salió a las calles de las principales ciudades del Estado para airear su indignación, en las plazas nacieron asambleas espontáneas donde se verbalizaba el hartazgo generalizado, abrían las puertas al debate y se convertían en viveros de nuevas ideas y proyectos, con el convencimiento o la necesidad de que otras realidades sociales y económicas fueran posibles. La Isleta no estuvo al margen de este fenómeno. La Plaza del Pueblo fue sede de las asambleas del barrio, donde nació el proyecto de economía social Demos, que hoy agrupa a más de 1.500 personas en diferentes islas.

Cuentan sus fundadores que tras el 15M, durante meses, centraron sus esfuerzos en analizar las políticas laborales y económicas del Gobierno con ánimo de rebatirlas, hasta que llegó un momento en que sintieron que iban a rebufo, que estaban siendo excesivamente reactivos, cuando lo que realmente hacía falta eran nuevos proyectos que abrieran nuevos caminos. “Había que reducir la dependencia del euro, demostrar que sin recursos también se podían hacer cosas, porque había gente que lo estaba pasando muy mal,” relatan.

¿Qué es Demos? Demos es una unidad de intercambio. Responde al acrónimo de democracia económica en moneda social y pretende facilitar el intercambio directo de servicios y productos entre personas, sin la mediación de dinero. Puro trueque. Un demos representa aproximadamente una hora de trabajo o un euro, pero eso solo son valores orientativos, nos advierten: “Lo que prevalece es el acuerdo entre las partes de la negociación.”

El segundo y el último martes de cada mes se celebra un mercademos en los locales sociales de la Plaza del Pueblo (el tercer miércoles del mes, en el local social de Suárez Naranjo; el tercer fin de semana, en Vecindario; y el primer miércoles, en Santa Brígida). El último martes, en La Isleta, se ofrecían papas a 1,5 demos el kilo, tomates cherrys a 6 demos, sal de Arinaga a 1 demos, igual que los manojos de hierbas medicinales... Quienes van a ofrecer sus productos se mezclan con quienes esta vez solo consumen. Tampoco faltan quienes solo van a saludar, porque no tardaron en darse cuenta de que más allá de crear un mercado alternativo y nuevas relaciones económicas entre personas, “se crean redes entre vecinos que antes ni se conocían, de todas las edades. Se hace barrio.”

Cultivados en las medianías o en las azoteas, los productos alimenticios son los más cotizados. También la repostería, la bisutería, bolsos, ropa, además de servicios: cuidado de menores o personas mayores, trabajos de fontanería, payasos para cumpleaños, clases de idiomas o de música, masajes, peluquería...

¿Cómo funciona? Cualquier persona puede participar. Basta con acudir a alguno de los mercademos que tienen lugar en Gran Canaria, Lanzarote o La Palma, donde podrá registrarse en la web monedademos. Al inicio se le otorga una renta básica para que pueda realizar intercambios. Ésta responde a la media de transacciones que haya realizado toda la red en los dos últimos meses, que suele oscilar entre los 39 y los 50 demos. Cada intercambio se registra en la web o a través de una aplicación móvil (app), donde se van transfiriendo demos de unas usuarias a otras.

Aunque cada mercademos tiene un grupo promotor, la gestión de la red es asamblearia. Es en el marco de la asamblea donde se propone, debate y resuelven las diferencias o conflictos que puedan surgir en el día a día. Las asambleas son a su vez nichos de nuevos proyectos. Entre otras iniciativas, planean crear espacios de economía social en entornos educativos y seguir aumentando el número de tribus, de grupos de intercambio y mercademos en otras zonas de Canarias.