La Gomera, por su geografía, por su intrincada orografía, sorprende en cada curva, en cada rincón que vas descubriendo conforme avanzas bien a pie o en coche. Allí, posiblemente, adviertas una formación geológica nueva, un pequeño caserío en medio de un barranco rodeado de palmeras, un inmenso manto verde cubriendo el lugar. Sin lugar a dudas, La Gomera es una isla mirador.
La red insular de miradores está salpicada de espectaculares escenarios a los que asomarse y descubrir la belleza de una isla que los siglos han esculpido gracias al viento y al mar.
Cada municipio en La Gomera es diferente. Huele diferente. Sabe diferente. Son como microclimas en un continente. Cada uno tiene su particularidad. Recorrerlos es descubrir nuevas fotografías; instantáneas que son diferentes cada vez que nos acercamos a cualquiera de los miradores que salpican, de manera estratégica, los puntos más espectaculares de la geografía insular.
Manaderos en San Sebastián, Carboneras en Hermigua, Cruz de Tierno en Agulo, Igualero en Vallehermoso, Palmarejo en Valle Gran Rey o el Alto del Calvario en Alajeró, son solo ejemplos de lo que nos podemos encontrar, mostrándonos vistas increíbles de algunas zonas de la isla.
Además del espacio, los paneles situados en los mismos nos describen el paisaje, pudiendo leer y conocer mejor las particularidades de cada lugar.
La Gomera es una isla para mirar y para ser vista. Detenerse en estos miradores es una de las experiencias más increíbles que puedes vivir en este paraíso. Atrévete a descubrir una red de miradores pensada para que, en cada uno de ellos, tú formes parte del paisaje.