Uno de los elementos más frecuentes en nuestra geografía insular son, sin duda alguna, las presas. Obras de ingeniería hidráulica que quizá por el hecho de contemplarlas a diario no reparemos en su importancia más allá de su función. Sin embargo, la historia de las mismas es interesante y el geógrafo y especialista en embalse Jaime González nos propone un recorrido por la construcción de la presas de La Gomera, comenzando con la más antigua y desconocida de todas: la de los Cocos, en el barranco de Juan de Vera.
En el Inventario de Presas Españolas de 2006 el Ministerio sólo incluyó una gran presa en la pequeña (369 Km²) y vieja isla de La Gomera: la Presa de Agulo (Presa de la Palmita). Un error. En realidad, en la isla colombina se llegaron a construir unas 18 grandes presas de embalse, 11 de ellas de titularidad pública.
La Presa de los Cocos (1913), de mampostería con mortero de cal, 18 metros de altura sobre cauce y un contrafuerte singular sobre un promontorio rocoso, es la pieza maestra de la isla. Su ubicación en el interior de un barranco angosto sin carreteras incrementa aún más su valor histórico y cultural.
Las siguientes presas de mampostería también fueron construidas por la iniciativa privada en la primera mitad del siglo XX: Antoncojo (1920), Tapabuque o Tapahuga (1933), La Dama (1944), Benchijigua (1947) y Cascajo (1947). La última presa privada fue la de Cardones (1953).
Respecto a las grandes presas de titularidad pública, todas son de la segunda mitad del s. XX. La primera finalizó su construcción en una cerrada estrechísima, la presa vertedero Llano de la Villa (1952). Le siguen las presas de mampostería de Garabato (1953), Palacios (1954), Izcagüe (1957), La Palmita (1958), La Quintana (1961) y Liria o Hermigua (1967). La Presa de Chejelipes (1970) es de hormigón mamposteado, mientras que la única presa de hormigón es La Encantadora (1973). Las dos presas de escollera son Mulagua o La Presa (1981) y Amalahuigue o Las Rosas (1983).
(*) Geógrafo. Vocal Colaborador del CNEGP.