Minicrónonica de la isla en menos de 1000 caracteres. Destilando la actualidad gota a gota, sin filtros.
La rumorología de los pactos
Ahora que ya han terminado las elecciones, comienzan los rumores de los pactos. Es el run-run de la calle. Se oye, se escucha y hasta se asegura que se han visto a candidatos sentados en diferentes lugares públicos y claro, con ello se dispara la imaginación colectiva. Uno de los temas del día (trending topic gomero) es la hipótesis de un cuatripartito en San Sebastián para que ASG no gobierne. Imaginen el percal. Primero, sería una tomadura de pelo al electorado que ha apoyado de manera masiva un cambio en el Ayuntamiento de la capital. Segundo, sería antinatura ver a PSOE-PP-NC y SSP en un Gobierno. ¿Quién aprobaría eso? Algunos candidatos anunciaron que jamás (never ever) pactarían los unos con los otros y, sin embargo, el rumor se extiende como la pólvora. Un cuatripartito haría ingobernable el consistorio, y eso es de pura lógica. Además, las vendetas están muy mal vistas a estas alturas del juego. Los resultados, entre demócratas, hay que aceptarlos. Y si el pueblo apoyó a una candidatura, tendrá que ser ésta la que decida cómo y con quién gobernar. A eso le llaman democracia. Lo demás es un intento desesperado por no aceptar lo que la soberanía popular dictaminó en las urnas.
Ahora que ya han terminado las elecciones, comienzan los rumores de los pactos. Es el run-run de la calle. Se oye, se escucha y hasta se asegura que se han visto a candidatos sentados en diferentes lugares públicos y claro, con ello se dispara la imaginación colectiva. Uno de los temas del día (trending topic gomero) es la hipótesis de un cuatripartito en San Sebastián para que ASG no gobierne. Imaginen el percal. Primero, sería una tomadura de pelo al electorado que ha apoyado de manera masiva un cambio en el Ayuntamiento de la capital. Segundo, sería antinatura ver a PSOE-PP-NC y SSP en un Gobierno. ¿Quién aprobaría eso? Algunos candidatos anunciaron que jamás (never ever) pactarían los unos con los otros y, sin embargo, el rumor se extiende como la pólvora. Un cuatripartito haría ingobernable el consistorio, y eso es de pura lógica. Además, las vendetas están muy mal vistas a estas alturas del juego. Los resultados, entre demócratas, hay que aceptarlos. Y si el pueblo apoyó a una candidatura, tendrá que ser ésta la que decida cómo y con quién gobernar. A eso le llaman democracia. Lo demás es un intento desesperado por no aceptar lo que la soberanía popular dictaminó en las urnas.