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En La Gomera: caciquismo y paliza de propina

El caciquismo, que es un mal endémico en todas las islas, viene a ser como si decides ir al cine, pagas una entrada (muy cara) y la película que se proyecta es infumable y no hay por donde cogerla, por tanto, sales del cine muy enfadado. Lo que ocurre, es que el caciquismo que padece La Gomera degenera bastante más ya que vendría a ser como si usted fuera al cine, pagara una entrada (también muy cara), la película que soporta es un truño… pero a la salida del cine, para más desgracia, le esperan dos señores fornidos que le propinan una soberana paliza.

¿Por qué utilizo esta metáfora? Porque es exacta y se aleja de cualquier tipo de exageración. Este verano estuve en El Hierro y me di cuenta de que allí las cosas funcionan. Hablas con la gente y se puede reconocer algún tipo de caciquismo y que las cosas podrían ser mejorables pero sus centros de interpretación están a pleno rendimiento, al igual que sus miradores y sus museos, se cobra entrada en la mayoría de sitios y los trabajadores son herreñas y herreños que están preparados para ejercer tal función ¿Mejorable? Seguro que sí, pero claro, si lo comparamos con La Gomera dan ganas de llorar…

En La Gomera vivimos de nuestra naturaleza, pero he de recordar que la naturaleza siempre ha estado ahí y los políticos que la han gestionado lo único que tenían que hacer era no echarla a perder (cosa que ni siquiera han logrado en la mayoría de ocasiones) De resto, de aquellos famosos 70 millones de euros en inversiones, los gomeros hemos sacado poco, por no decir nada…Miradores a medio terminar, centros de interpretación cerrados, pabellones ruinosos, muelles sin uso, museos infrautilizados; y por no entrar a hablar de la política energética, pues mientras que en El Hierro van camino de la autosuficiencia con energías limpias, en La Gomera cada cierto tiempo el Cabildo Insular saca una nota felicitándose por dotar de electricidad a algún barrio que en pleno siglo XXI carecía de ella.

La Gomera vive de su belleza natural, que ya estaba ahí y de los monumentos que quedaron de la época de la conquista, y poco más, lo que ha sido creado por las instituciones públicas en años recientes, parece más un decorado para la película Holocausto Caníbal que algo hecho con rigor, seriedad y perspectivas de futuro. ¡Millones tirados a diestro y siniestro, para seguir viviendo de lo que ya teníamos!

Ahora que las elecciones se acercan, el Cabildo, ya de por sí sobreexpuesto en los medios de comunicación a diario, multiplica sus planes, contraplanes y proyectos con la intención clara (la misma desde hace 30 años) de tener al mayor número de gomeros ocupados cuando llegue la hora de las urnas; después te pasas tres años y medio pasando miserias, pero antes de las elecciones ¡Nunca! Ya no hace falta planificar o consensuar nada; peatonalización de calles, terminales portuarias, parques recreativos, miradores… toda la leña al fuego, aprisa y corriendo. Se anuncian hoy y al día siguiente se adjudican. No hay tiempo que perder, si funcionan o no, si sirven para algo o si son efectivas ya el tiempo dirá, de no ser así nos las comemos junto con todas las obras inútiles que están desperdigadas por la geografía gomera, que ya donde hemos tragado tanto.

Comprobé este verano que la diferencia entre El Hierro y La Gomera es que los herreños aman su isla en conjunto, con todo lo que contiene, porque es parte de su subsistencia… los gomeros amamos nuestra isla, por supuesto que sí, pero no podemos apreciar lo que han hecho con ella las autoridades ¿cómo vamos a apreciar los gomeros El Audillón? ¿O el Mirador del Santo? ¿Cómo vamos a estimar un Jardín Botánico de Vallehermoso convertido en un arrabal? ¿O un muelle de Valle Gran Rey inutilizado? ¿O la quesería? ¿O la casa de la miel que solamente se activa (de manera ficticia) en época electoral? Y tantas otras cosas… Las obras en La Gomera son la historia de un fracaso, de un atraco y de un castigo a los gomeros y están ahí continuamente machacándonos la visión. Hasta que esas situaciones no encuentren solución, los gomeros no podemos apreciar nuestra isla de manera completa, sin dejar de tener la sensación de que nos han robado, de que nuestro caciquismo además, venía con paliza incluida.

NOTA: no quería dejar pasar la ocasión de comentar la reelección de Casimiro Curbelo como candidato del Psoe al Cabildo Insular (por unanimidad, ya saben… en La Gomera todo es unánime) Lo que sin duda es una noticia trágica para la democracia, lo es menos a efectos prácticos, porque el Psoe gomero no se disfraza de nada. Podría haber optado por cambiar cuatro caras y decir que se han renovado tratando de enredar más a la gente, pero han optado por el modelo clásico demostrando que: en La Gomera no hay Psoe, aquí está Curbelo que es el jefe de una banda y el Señor de un régimen y punto final; y que apagados los fuegos de los que se le habían rebelado, a su alrededor no queda más que mediocridad, gente que vende a su madre hasta tres veces para cobrar un sueldo y a muchos de ellos, si los sueltas en un prado es probable que se coman hasta la hierba. Han optado por el modelo Jurásico, es decir, seguir fieles a su dinosaurio hasta que se extinga y por tanto se extingan todos con él… veremos lo que dura la cuerda que igual la época de la extinción está cercana.

Recuerdo también aquí, para que se vea que la credibilidad de la gente del Psoe es poca, que Ventura del Carmen Rodríguez, nuestra consejera más mediática, publicó el 16 de junio un artículo en el que decía “que creía en la celebración de primarias y en que un cargo público no repitiera más de dos legislaturas en el cargo” (su jefe ya lleva unas 6 o 7 y en La Gomera de primarias no se supo nada… igual es que se refería a otro sitio o a otro país… a lo mejor a Gabón o a Filipinas) y que Pedro Sánchez dijo ceremoniosamente que en su nuevo Psoe no se presentarían imputados a cargos públicos (y Curbelo otra cosa no, pero de imputaciones va cargado) Gente fiable estos socialistas.

El caciquismo, que es un mal endémico en todas las islas, viene a ser como si decides ir al cine, pagas una entrada (muy cara) y la película que se proyecta es infumable y no hay por donde cogerla, por tanto, sales del cine muy enfadado. Lo que ocurre, es que el caciquismo que padece La Gomera degenera bastante más ya que vendría a ser como si usted fuera al cine, pagara una entrada (también muy cara), la película que soporta es un truño… pero a la salida del cine, para más desgracia, le esperan dos señores fornidos que le propinan una soberana paliza.

¿Por qué utilizo esta metáfora? Porque es exacta y se aleja de cualquier tipo de exageración. Este verano estuve en El Hierro y me di cuenta de que allí las cosas funcionan. Hablas con la gente y se puede reconocer algún tipo de caciquismo y que las cosas podrían ser mejorables pero sus centros de interpretación están a pleno rendimiento, al igual que sus miradores y sus museos, se cobra entrada en la mayoría de sitios y los trabajadores son herreñas y herreños que están preparados para ejercer tal función ¿Mejorable? Seguro que sí, pero claro, si lo comparamos con La Gomera dan ganas de llorar…