Espacio de opinión de La Gomera Ahora
Los retos de la calidad y la sostenibilidad del turismo en La Gomera
En los últimos años los datos de llegada de turistas y de pernoctaciones en La Gomera han sido buenos. El gasto medio por visitante se mantiene también en niveles bastante parecidos a otras islas y, en general, los empresarios y la población percibimos con optimismo el devenir de esta actividad productiva, clave para la buena marcha de nuestra economía insular.
Hemos llegado a esta plácida situación por la confluencia de diversos factores. Algunos de ellos son exógenos: la situación de debilidad de otros destinos o la fortaleza de la “Marca Canarias” y otros son, sin embargo, de carácter endógeno: el atractivo de la isla en nichos de mercado vinculados al senderismo, la buena relación calidad-precio de la oferta insular, o una acertada política insular de información, promoción y sensibilización.
Escenario del turismo en La Gomera que, como sucede en estos casos, viene a basarse en estadísticas y datos de impronta cuantitativa que, si bien son ciertos, pueden no obstante conducirnos a una equivocada complacencia.
Un análisis estratégico y con perspectiva de futuro, pasaría por valorar/analizar las respuestas a cuestiones como:
¿Los servicios prestados –alojamiento, transporte, restauración, etc- tienen precios competitivos y rentables para el empresario o, por el contrario, han tenido que reducirse en exceso para competir y captar clientes?.¿ La oferta turística insular incorpora la producción agrícola y ganadera local en debida forma?.¿ La oferta turística insular incluye en modo óptimo el enorme patrimonio natural y cultural del que dispone la isla?.¿ La oferta turística insular responde a los requerimientos de sostenibilidad que el cliente de mayor poder adquisitivo demanda?.
Posiblemente nunca llegaremos a realizar una encuesta con estas preguntas y, por lo tanto, tampoco podamos analizar sus respuestas. Sin embargo, la experiencia y el sentido común nos alerta de que para lograr un posicionamiento turístico diferenciado basado en la calidad y la sostenibilidad aún nos queda un trecho largo por recorrer.
La Gomera precisa de disponer de más establecimientos donde comer o donde alojarse que sean únicos, o al menos singulares, y que posean un encanto especial. Restaurantes accesibles en los que se ofrezcan platos cuya base sea la despensa agrícola gomera. Alojamientos de cuidada rehabilitación que ofrezcan todas las comodidades y cuyos propietarios tengan un carácter más de anfitrión que de rentistas. Actividades deportivas y de ocio que, sin descuidar los recursos naturales, sean capaces de sacar provecho de su uso e interpretación. Este tipo de negocios son esenciales porque dan carácter y personalidad a la oferta global y también porque facilitan la llegada de un perfil de turista con mayor capacidad de gasto en el entorno.
Muchas son las voces cualificadas que nos alertan de que ofrecer “más de lo mismo” no es una buena estrategia para un territorio con tanta potencialidad como La Gomera. Esta pasajera bonanza tampoco debería conducirnos a ofertar servicios en precario en la confianza del “todo vale” o del consabido “cuando la marea baje, golpe a la lapa”.
La Carta Europea de Turismo Sostenible de La Gomera, el Sistema de Calidad Turística en Destino o la propia Reserva de la Biosfera son herramientas públicas y abiertas que nos deben facilitar el camino hacia la sostenibilidad y la calidad.
Especial papel dinamizador hay que otorgarle a las administraciones públicas y a las asociaciones empresariales del sector: ASHOTEL, Asociación para un Turismo Sostenible de La Gomera, etc.
Un camino desde luego difícil, pero que tiene recompensas a medio y largo plazo, y que, más allá de ello, se pueda alzar como el itinerario más adecuado para construir un modelo insular que genere mayores ingresos con menores costes ambientales.
En los últimos años los datos de llegada de turistas y de pernoctaciones en La Gomera han sido buenos. El gasto medio por visitante se mantiene también en niveles bastante parecidos a otras islas y, en general, los empresarios y la población percibimos con optimismo el devenir de esta actividad productiva, clave para la buena marcha de nuestra economía insular.
Hemos llegado a esta plácida situación por la confluencia de diversos factores. Algunos de ellos son exógenos: la situación de debilidad de otros destinos o la fortaleza de la “Marca Canarias” y otros son, sin embargo, de carácter endógeno: el atractivo de la isla en nichos de mercado vinculados al senderismo, la buena relación calidad-precio de la oferta insular, o una acertada política insular de información, promoción y sensibilización.