Bienes de Interés Cultural, una asignatura pendiente en La Gomera

La Gomera es Reserva Mundial de la Biosfera. Cuenta con un Patrimonio de la Humanidad que es el Parque Nacional de Garajonay. La UNESCO también distinguió al silbo gomero como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Además, cuenta con 16 espacios naturales protegidos. A todo ello habría que sumar cinco Bienes de Interés Cultural (BIC) repartidos entre los municipios de San Sebastián y Vallehermoso.

BIC históricos

El patrimonio colombino de San Sebastián forma un conjunto heterogéneo a nivel constructivo. Tiene como núcleo central la Torre del Conde, quizá el más protegido de la Isla, ya que desde los años 60 se nombró como Monumento Histórico Nacional. Sin embargo, la categoría de Bien de Interés Cultural no le llegó hasta julio de 1993, una vez salió publicado el acuerdo del Gobierno de Canarias de 13 de diciembre de 1990. Junto a la torre, el otro edificio protegido de la capital es el Pozo de la Aguada, sede residencial de los Condes en su origen y donde según algunas fuentes, lugar donde Colón tomó el agua en el viaje del Descubrimiento de América. Esta construcción fue nombrada como BIC mediante decreto en 1996, siendo propuesta en 1986.

Sin embargo, ningún otro edificio del conjunto histórico de San Sebastián tiene esta categoría: ni la iglesia de la Asunción (s. XV), ni la ermita de San Sebastián (s. XVI), ni la llamada Casa de Colón (origen s. XVI) ni ninguna de las viviendas señoriales de los siglos XVII y XVIII que pueblan el corazón de la capital.

BIC paleoarqueológicos

La otra gran categoría, junto a la de los monumentos, es la de los conjuntos paleontológicos y arqueológicos. En este sentido, son tres los espacios protegidos a lo largo de la geografía insular. Desde 2008 tiene la categoría de BIC el conocido como Bujero del Silo, en San Sebastián. La importancia de este enclave queda patente en el volumen de huesos recuperados (1.675), lo que ha permitido el estudio e interpretación de una buena parte de la paleofauna de la isla.

También se encuentra protegida como zona arqueológica el paraje de Puntallana desde 2007, y lo es porque en él se encuentra la mayor concentración de concheros prehistóricos de la Isla.

El último lugar protegido a nivel patrimonial como zona arqueológica es la Fortaleza de Chipude, también desde 2007. Este yacimiento es uno de los más importantes conjuntos arqueológicos de La Gomera; su carácter de lugar simbólico entre los gomeros está constatado a través de la tradición oral, la documentación escrita y sobre todo la arqueología, desde tiempos prehistóricos hasta el día de hoy.

¿Suficiente protección?

Según la normativa vigente, los bienes inmuebles declarados de Interés Cultural deberán ser integrados en alguna de las siguientes categorías: monumento, conjunto histórico, paisaje cultural, jardín histórico, sitio o territorio histórico, bien de interés etnográfico o industrial o zona de interés arqueológica y/o paleontológica. Como hemos visto, en La Gomera sólo contamos con esta protección jurídica en dos categorías (dos monumentales y tres arqueopaleontológicas). Solamente estamos por detrás en materia de protección de El Hierro, con cuatro BIC, frente a islas como La Palma (27) o Lanzarote (23).

Sin embargo, esta herramienta jurídica que garantiza la protección del patrimonio, bien podría aplicarse a otros tantos espacios y recintos de La Gomera. Urge la declaración del conjunto de los pescantes del norte como Bien de Interés Industrial. De igual manera merecerían protección en esta misma categoría los restos de las fábricas conserveras del sur de la Isla. El patrimonio religioso de La Gomera no cuenta con ninguna protección ni a nivel de BIC inmueble ni como mueble, ni siquiera el santuario de Puntallana o la Patrona más allá del conjunto arqueológico. Podríamos enumerar numerosos valores patrimoniales merecedores de esta garantía jurídica. ¿Está suficientemente protegido el patrimonio de La Gomera?