Sito Simancas es como el espírtu santo. En su persona se reúnen a la vez tres personalidades distintas: El periodista, el técnico y el amigo. Pero todas englobadas bajo el término de La Voz de La Gomera. Nacido en 1933 en San Sebastián de La Gomera acaba de ser nombrado medalla de oro de los Premios Canarias. Efectiva manera de reconocerle una muy meritoria trayectoria profesional que a la vez está jalonada de cariño hacia sus amistades y compañeros. Entre sus méritos está, por ejemplo, haber descubierto la forma de hacer llegar la tele a los barrancos y rincones más recónditos de La Gomera. O haber montado las emisoras de radio pioneras de la Isla y la primera retransmisión televisiva. Concretamente, la gala del Carnaval del año 1986 de San Sebastián. Porque en contra de lo que piensan los demás, Simancas se considera más un técnico que un periodista al uso, pese a que sus crónicas han dado a conocer a La Gomera en todo el mundo. Pero lo que sus compañeros resaltan de él es su optimismo, cariño y buen humor a prueba de bomba. Eso y mucho más es lo que el Gobierno canario acaba de premiar, justo cuando su vida atraviesa momentos familiares complicados. A continuación nos explica cómo recibe esta medalla de oro.
-Pues la verdad es que me quedé impresionado. El presidente de Canarias, Paulino Rivero, me llamó para informarme de que me habían dado el premio y lo cierto es que ha sido algo muy tremendo. Es una gran emoción. Me quedé sin poder articular palabra.
-Curioso que hayan logrado dejarlo callado, sobre todo en su caso, cuando precisamente lo llaman 'la voz de La Gomera'.
-Pues sí la verdad es que todo esto ha supuesto una emoción que no puedo explicar. Siempre he tenido la vocación de verme con un micrófono en La Gomera. Toda mi vida he estado en esta Isla excepto un tiempo que tuve que estar en Tenerife porque a allí me mandó la empresa, de Álvarez Rodríguez López. Él especialmente fue el responsable de una compañía de Playa de Santiago dedicada al sector de los tomates, plátanos, barcos, fábrica de latas de pescado...
-¿Pero exclusivamente viviendo de la radio cuántos años serían?
-Nunca he vivido de la radio. Tal vez sólo en el año 1956 porque la empresa para la que yo trabajaba estaba vinculada a las comunicaciones pero era con los barcos Sancho I y Sancho II con los que me comunicaba. También tengo mi formación en materia de televisión con una empresa que se llamaba Costa de Tecina. Aquí venían miembros de la Península y de Sudamérica.
-¿Para quienes fueron sus primeros recuedos tras saber que iba a recibir este premio?
-La verdad es que me siento muy feliz y muy contento con este galardón. Los principales recuedos que me vinieron, por un lado fueron para mi familia. Pensé en ellos porque tengo a una hija que está bastante mal de salud. Me gustó darles una alegría después de tantas tristezas, amarguras y vicisicitudes tan fuertes. Tuve recuerdos no sólo de profesores sino también de compañeros.
-Ha montado varias emisoras en La Gomera.
-Efectivamente, la de San Sebastián y de varios pueblos como la de Valle Gran Rey. Incluso soy el técnico de algunas de la Isla que no son propiedad insular. No tengo ese afán de protagonismo de querer ponerlo todo a mi nombre. Siempre quiero colaborar con todos en la medida en que lo sé hacer. Sean o no de La Gomera.
-¿Cuáles crees que serían las principales logros de su carrera?
-Pues diría que por ejemplo que montamos la primera televisón autonómica en los carnavales de 1986 de San Sebastián de La Gomera. En aquel entonces daba clases de electrónica con el Instituto Nacional de Empleo (Inem) y el Ayuntamiento de San Sebastián y junto con los alumnos conseguimos transmitir la gala para que la viera todo San Sebastián a través del canal 34 con sonido e imagen. Hay un video grabado y me parece importante porque fue la primera experiencia de este tipo que tuvimos en La Gomera. Soy técnico de electrónica y los chicos y chicas aprendieron sobre montaje de antenas, imagen, sonido... también descubrí, --que no inventé--, un sistema para que la televisón pudiera llegar a todos los barrancos de La Gomera y especialmente a los lugares más complicados.
-¿En total cuántas emisoras montó?
-Pues hablamos de la de Valle Gran Rey, Radio Ipalán en San Sebastián, la mía Radio Tagoror que todavía existe y se ha convertido en la más popular de Isla, la de Hermigua, Vallehermoso... la última ha sido la de Agulo con la que he colaborado bastante también hasta hace poco que fue cuando la cogió una empresa. Pero la verdad es que en todas he colaborado.
-¿Y cuánto periodistas?
-En La Gomera por ser Isla siempre ha habido muchos corresponsales y yo colaboré con ellos y ellos conmigo. Por ejemplo cuando se montó la emisora de radio Ipalán y la verdad es que hicimos programas de radio muy interesantes y muy bonitos desde aquí desde San Sebastián. Yo llevaba la parte técnica y la de locución y luego otra parte de la locución y el periodismo la llevaban los demás. Y con periodistas titulado sólo he colaborado con mi ahijado que empezó conmigo y que se llama Antonio José. Cuando se montó la emisora en Playa de Santiago aquí con cuatro cacharros fue de los primeros que colaboró. Hoy se ha convertido en un gran profesional.
-¿Y la primera emisora que se fundó en La Gomera cuál sería?
-Pues la puso en marcha un señor que se llamaba Fernando Rodríguez junto con Domingo Fernández. Era una emisora de radioaficionados que cubría cuarenta metros. Estamos hablando de los primeros años de la década de los cincuenta. En aquel entonces hicimos lo posible para que un cura que se llamaba Don Martín pusiera en marcha una emisora parroquial. Luego en los años sesenta monté una para recaudar dinero para comprarle una silla a una chica que era inválida. Fue una experiencia estupenda. Luego me hice radioaficionado. Monté mi equipo poco a poco que cada vez era más sofisticado. Así conseguí conectar con el mundo entero a través de mi indicativo EcoAlfa8KiloTango.
¿Cuál ha sido su formación?
-Pues También soy operador de cine, controlador de torre de avión tras hacer un curso en Madrid... la verdad es que la comunicación ha sido siempre mi vida. Aquí en El Revolcadero había aquí un pequeño aeródromo propiedad de la familia Rodríguez López tras formarme en la Academia de Cuatro Vientos y luego estaban las prácticas que hice en Los Rodeos. Todavía está aquí la torre del control. Luego estaba la pista de cuarenta metros de ancho por 513 de largo con una desviación de setenta metros en pendiente para el caso de que el avión no pudiera aterrizar del todo. Sólo ocurrió en una ocasión. Recuerdo que el piloto que venía en aquella época era alemán.
-Pero sin duda uno de los grandes méritos de Sito Simancas es que llevarse bien con toda la profesión de La Gomera.
-Sin duda. Uno no tiene porque estar pendiente de alegrarse de lo malo que le ocurra a los demás. Si alguien es mejor que uno lo que hay que hacer es aprender de ellos. Para mi en ningún caso son enemigos. Todos los que hablan bien de La Gomera y hace lo posible para que La Gomera se oiga en el exterior, son mis amigos y si yo puedo hacer lo posible para ayudarle, para que si es de fuera no tenga ni que venir aquí, todo lo que yo pueda, voy colaborar con ellos. Me llevo bien con todos los medios, vengan de donde vengan, si vienen a poner a La Gomera en el sitio que le corresponde, que es el mejor del mundo. Cuando se habla de La Gomera se tiene que hablar bien y sino soy el primero que salto. Pero en muy pocas ocasiones he tenido que hacerlo. Los medios de comunicación que vienen siempre hablan bien de los paisajes, de la amabilidad de su gente.
-¿Y si lo que dicen es acertado aunque sea malo?
-Pues entonces, si es verdad me tengo que callar la boca. Pero lo que intento es no dar pie para que sigan hablando mal. A veces he tenido que recordarle a alguno aquello de: “mírate la viga en el ojo propio y no la paja en el ajeno”. Si dices algo malo tampoco hay porque gritarlo a los cuatro vientos. Primero que miren a su casa y luego ya verán si pueden o no criticar a los demás.