Cómo salvar del declive a los volcanes de Lanzarote, su bien natural más preciado
Un conjunto de volcanes distingue al paisaje de Lanzarote. De la erupción de Timanfaya surgió un Parque Natural que se extiende por 10.158 hectáreas de tres municipios y que se ha convertido en uno de los grandes atractivos de la isla. El clásico turismo de “sol y playa” se combina con los visitantes de estos monumentos naturales. Sin embargo, un nuevo reto les acecha. Después de la pandemia, la masificación ha golpeado a estos enclaves. Un informe sobre su capacidad de carga detecta además varias lagunas en la gestión por parte de las administraciones responsables. A pesar de recibir una media diaria de 3.143 visitantes en verano, algunas zonas del parque siguen sin tener papeleras o paneles informativos. Mientras tanto, no dejan de repetirse los atentados ambientales.
La empresa pública Gesplan (Gestión y Planeamiento Territorial y Medioambiental) ha elaborado una investigación sobre la capacidad de acogida del Parque Natural de Los Volcanes. El estudio, apoyado por el Cabildo de Lanzarote y el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, apunta al fin de la pandemia de COVID-19 como “punto de inflexión” en la masificación actual de la isla, en especial de El Charco de Los Clicos y la Montaña del Cuervo.
La investigación ha analizado la afluencia de visitantes en los enclaves de Caldera Blanca, el Charco de Los Clicos, Los Rodeos-Caldera La Rilla, la Montaña del Cuervo y Montaña Colorada. El trabajo de campo se hizo tanto en mayo como en agosto para poder establecer una comparación entre temporadas. El también conocido como el Charco Verde del Golfo es el lugar más visitado del Parque con indiferencia de la estación. Mientras que en mayo recibe una media diaria de 1.106 turistas, en agosto el dato asciende a 2.494. Le sigue el Volcán del Cuervo, con una media de 326 y 466 personas en cada temporada.
Según Gesplan, son las zonas más visitadas al tratarse de trayectos cortos, accesibles y próximos a la carretera. “Las producciones audiovisuales grabadas en estos entornos han generado un efecto llamada”, añade este estudio de 176 páginas. Los investigadores han advertido un cambio en el comportamiento de los visitantes de la isla, que han desplazado el foco de atención de las playas situadas en núcleos turísticos a los espacios naturales. Esta transformación ha traído consigo importantes consecuencias: los aparcamientos y las carreteras se saturan y se multiplican las acciones que afectan a la conservación del espacio, como salirse del sendero, invadir zonas prohibidas para sacarse fotos, verter residuos o amontonar recursos naturales como piedras, rofe o jable. “No se respetan las señales de prohibición, los circuitos, ni el valor natural del ámbito”, concluye el documento.
A los malos comportamientos de los visitantes se suma la falta de información y de concienciación ambiental. En varios puntos del Parque Natural de Los Volcanes no hay paneles informativos de los usos permitidos, los senderos no están bien señalizados, no hay puntos de información, no hay suficientes agentes de medio ambiente y “no se traslada el verdadero valor natural de la isla”. La empresa pública Gesplan plantea algunas soluciones en esta línea: aumentar el número de paneles, mejorar las señales, incorporar puntos de información, contratar más agentes e informar a la población turística de la fragilidad del ecosistema.
Masificación de coches
Buena parte de las personas que visitan Los Volcanes lo hace en vehículo privado, ocupados por una media de dos personas por vehículo. Las deficiencias de la gestión y el comportamiento de los visitantes ha dejado estampas en Lanzarote de coches de alquiler circulando dentro de los senderos, turismos estacionados en zonas no permitidas y colapso en las zonas de aparcamiento.
A los coches se suman las guaguas de excursiones organizadas por los turoperadores. En el Volcán del Cuervo se ha observado también con frecuencia la presencia de entre diez y 15 buggies en el marco de excursiones guiadas. Con el propósito de reducir la inseguridad vial y la degradación del suelo sobre el que los coches estacionan, Gesplan propone acondicionar los aparcamientos y delimitarlos, de manera que queden claras las zonas donde deben dejarse los coches y evitar que estos se amontonen junto a los espacios naturales.
El 11 de abril, el Cabildo de Lanzarote planteó una batería de medidas para proteger algunos de estos espacios. En concreto, el Volcán del Cuervo y Caldera Blanca, localizados en el municipio de Tinajo. Entre las propuestas pactadas con este Ayuntamiento está el traslado de los aparcamientos al núcleo de Mancha Blanca, de manera que los visitantes solo puedan acceder a estos puntos del parque en guaguas lanzaderas eléctricas. Para controlar las entradas, los visitantes tendrán que reservar plaza a través de una aplicación que el Cabildo pondrá en marcha con el mismo Ayuntamiento. Para el resto de los espacios analizados por Gesplan aún no se han anunciado medidas.
El lago verde
Una laguna verde localizada en el sur de Lanzarote, en el municipio de Yaiza, atrae a miles de personas cada año. Según la investigación, buena parte de ellas proceden de Alemania, Gran Bretaña, Irlanda, Polonia o España. Mayoritariamente se trata de visitantes que se alojan en establecimientos de los principales núcleos turísticos de la isla: Playa Blanca, Puerto del Carmen y Costa Teguise. Los datos del estudio apuntan que el 30% de los 500 encuestados llegaron al Charco de los Clicos por recomendaciones, blogs de viajes y redes sociales. Solo un 8% lo hizo por la web oficial de Turismo de Canarias.
En temporada alta, el espacio pierde “confort psicológico” por el alto número de visitantes. La presión humana hace que los residuos y las colillas se acumulen en los rincones de este enclave protegido, en el que no hay cartelería, señales, papeleras, ni paneles informativos donde se explique su valor natural. “Un verdadero problema de saturación que es necesario regular para evitar la degradación del medio”, advierte Gesplan.
La capacidad de acogida del Charco Verde es de 3.426 visitantes al día. En agosto, recibe una media de 2.494. A pesar de ello, hasta ahora no se han anunciado medidas de control ni de vigilancia específicas para este enclave.
La Montaña del Cuervo
La Montaña del Cuervo ha sido este año la gran protagonista de los atentados ambientales que ha sufrido Lanzarote. Personas deslizándose por las laderas, coches dentro del sendero e incluso una boda dentro del volcán han sido algunas de las infracciones que se han producido en este espacio. En él, de acuerdo con el estudio de Gesplan, tampoco hay papeleras, ni señales, ni paneles informativos. Además, los visitantes también recurren al acopio de recursos naturales. Solo un pequeño cartel donde se prohíbe abandonar el sendero y usar drones.
A lo largo del camino, todos los paneles están dañados y tres de ellos ni siquiera son legibles. “En el interior de la caldera se ha detectado que no se respeta la delimitación existente. Las personas que lo visitan deambulan por la zona en busca de la mejor panorámica para realizar fotos”, asevera el texto. En los momentos álgidos de afluencia, los coches estacionan cerca del arcén o invaden zonas no habilitadas.
Este espacio está al borde de superar su capacidad de acogida diaria, que asciende a los 549 visitantes al día. Según ha anunciado el Cabildo, en el volcán se realizarán controles de acceso entre las 8.00 y las 19.00 horas. Se hará a través de una oficina informativa provisional y “mimetizada con el entorno” que se instalará al inicio del sendero. Allí habrá un educador ambiental que tendrá la labor de sensibilizar sobre la fragilidad de los espacios y de sus valores paisajísticos, ecológicos y geológicos.
Estas medidas se aplican también para Caldera Blanca, a pesar de que el trabajo de campo concluye que se encuentra en una situación “idónea” y no está amenazada por un exceso de la actividad turística. Sin embargo, sí propone prever un escenario con un posible aumento de visitantes. En agosto, Caldera Blanca recibe una media diaria de 96 personas, y su capacidad de carga asciende a 449 visitantes al día.
Gesplan ha sugerido al Cabildo que incorpore el estudio en el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Natural de Los Volcanes con el fin de crear medidas que minimicen el impacto de la actividad turística en el medio natural. La investigación aconseja a las instituciones elaborar sistemas de control adaptados a las necesidades de cada ámbito, crear concienciación ambiental y cumplir así con el objetivo 15 de la Agenda 2030, enfocado en la protección de los ecosistemas terrestres y en detener la degradación y la pérdida de la biodiversidad.
Entre las medidas planteadas por la investigación están el control de acceso mediante el pago en el aparcamiento, solicitar permisos para visitar el parque, instalar una caseta de control en los lugares más masificados o el pago de una tarifa para entrar en Los Volcanes.
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