El legado que ha dejado César Manrique en Canarias es transversal. En la arquitectura, el arte, el turismo y en la naturaleza de las Islas, en especial de Lanzarote, la huella del pintor aún se mantiene y este año, con motivo de su centenario, ha sido reivindicada más que nunca. Sin embargo, toda la labor del conejero no ha sido suficiente para que las universidades públicas canarias le hayan dedicado una sola tesis.
Al introducir su nombre en la Base de datos de Tesis Doctorales (TESEO) del Gobierno de España, ninguno de los resultados se corresponde con la Universidad de La Laguna ni con la de Las Palmas de Gran Canaria. Por el contrario, han sido un alumno de la Universidad de Alcalá y una estudiante de la Universidad Autónoma de Madrid quienes sí han investigado sobre la aplicación urbana de la obra de Manrique y su arte.
“A la Fundación César Manrique (FCM) le resulta inexplicable la ausencia de tesis sobre Manrique en Canarias. No entendemos cómo un símbolo de la cultura y una referencia contemporánea en la defensa de la naturaleza no ha tenido su eco en la investigación universitaria”, ha señalado la institución a este periódico. El director de la misma, Fernando Gómez Aguilera, aseveró en una de las mesas redondas celebradas por el centenario del artista que el ámbito educativo en Canarias “le da permanentemente la espalda a Manrique”. “No a él directamente, sino a la oportunidad para pensar nuestra época que podemos construir a partir de él y de un discurso propio”, puntualizó.
Según Gómez Aguilera, la inexistencia de tesis doctorales sobre Manrique “dice mucho de la Universidad canaria” y evidencia una “asimetría” entre el interés mediático que despierta el personaje frente a su repercusión en los centros de estudios superiores. Por su parte, la directora de la Casa Colón, Elena Acosta, vinculó esta desidia educativa al prejuicio y al desprecio que César vivió en sus inicios por parte del mundo académico y artístico.
Mientras tanto, las investigaciones sobre el pintor han traspasado las fronteras españolas. El filósofo polaco Jakub Kloc-Konkolowicz, conocedor de la obra del artista por su estrecho vínculo con la isla de los volcanes, es el autor del ensayo de filosofía social Manrique y su proyecto Lanzarote ¿Una utopía realizada? En la Península, Alejandro Scarpa elaboró la tesis Acupuntura urbana aplicada en Lanzarote. En ella, demuestra la correlación que existe entre las aportaciones que Manrique dio a la Isla y su desarrollo turístico.
Asimismo, destaca la capacidad del ambientalista de percibir el potencial del territorio pese a su “aparente esterilidad y su reducida dimensión”, convirtiéndolo en un “referente de equilibrio entre atracción turística y desarrollo sostenible”. Por otra parte, Violeta Izquierdo analizó la creación de Manrique que, a través de las diferentes ramas del arte, “pone el acento en una estética que repercute en el bienestar del ser humano y la conservación de la naturaleza”.
La catedrática de Literatura Hispanoamericana de la ULPGC Alicia Llarena matiza que en las universidades canarias sí existen Trabajos de Fin de Máster y de Grado y publicaciones académicas nacionales e internacionales. Además, la Universidad de La Laguna sí cuenta con una cátedra cultural dedicada a César Manrique, dirigida por Francisco José Galante.
La influencia de Manrique en los contenidos académicos
La profesora de Ordenación del Territorio de la ULPGC Flora Pescador reconoce que aún quedan muchos aspectos que deben ser objeto de investigación, ya que su influencia tiene que estudiarse “en distintos niveles”. Un factor desconocido y de gran peso es la amplia diversidad de actores que, “como una coral”, trabajaron junto a Manrique. “César lideró un movimiento, pero hay una enorme red de gente que trabajó con él y sigue viva, como los artesanos”, propone.
Pese a la ausencia de tesis, Pescador insiste en que la herencia de Manrique sí se estudia en la Universidad desde distintas disciplinas y a través de diferentes investigaciones. “Si trabajas la relación entre Lanzarote y el paisaje, inevitablemente tienes que acercarte a César”, ejemplificó. Además, la ULPGC ha analizado la forma en la que Manrique “construyó y preparó a Lanzarote para el turismo”. Prueba de ello son los Centros de Arte y Cultura del Cabildo insular, que configuran la principal ruta que siguen los visitantes de la Isla. Esta planificación trató de aplicarse a otros lugares como la Isla de Fogo, en Cabo Verde, con quien Canarias presenta varias analogías.
“La figura de César, salvo en ciertos círculos y obviamente en Lanzarote, permaneció algo apagada en las últimas décadas, pero su centenario ha permitido proyectarla y llega en el momento oportuno”, señala Llarena. La catedrática apunta que en la actualidad, con la confluencia de la emergencia climática y la crisis del modelo turístico en el que “nos habíamos empeñado”, su mensaje está más vivo que nunca.
El doctor en Filología de la ULPGC Oswaldo Guerra defiende que Manrique es uno de los artistas “más respetados y admirados en la Universidad”. Su inquietud cultural y su capacidad para plasmar en la pintura los mitos de los volcanes, el fuego o el viento, calaron directamente en la literatura isleña. “Lo literario, lo plástico y Lanzarote están estrechamente vinculados. Manrique se inspira en lugares en los que otros autores se han inspirado para escribir como Rafael Arozarena con Mararía”, subraya Guerra, quien considera que el activismo y el respeto al medioambiente que mostró durante toda su vida el conejero también están presentes en cada facultad.
Llarena también recuerda el importante papel que tiene Manrique en la última obra del autor canario Alexis Ravelo, y la relación del artista con los textos del vanguardista Agustín Espinosa. “César es un autor obligado en mis clases sobre pensamiento actual, e incluso aprovecho otras materias para al menos nombrarlo o llamar la atención sobre él. Me consta que en otras áreas también lo enseñan desde distintas perspectivas (artes plásticas, turismo, arquitectura).