La actividad explosiva del volcán de La Palma se ha incrementado desde la tarde de esta sábado, según ha apuntado Carmen López, la directora del Observatorio Geofísico Central del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Este incremento, eso sí, aún no ha alcanzado los niveles de explosividad que se registraron hace poco menos de semana y media, cuando las autoridades tuvieron que evacuar de urgencia a varios núcleos poblacionales por el temor a que el cono volcánico se desmoronara.
Según ha indicado López en la rueda de prensa posterior al Comité Científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (PEVOLCA), también se ha notado un incremento del tremor volcánico en las últimas horas, esto es, las vibraciones relacionadas con el volcán. “La actividad es más intensa, pero no ha llegado a la de hace semana y media, cuando hizo el parón y luego disminuyó bruscamente”. La científica ha aclarado que estas alternancias son normales en las erupciones estrombolianas, la que está afectando en estos momentos a la isla de La Palma.
El director del Comité Técnico del PEVOLCA, Miguel Ángel Morcuende, ha recalcado que la calidad del aire en los municipios cercanos a la erupción, Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte, es buena y no representa ningún riesgo para la población. Morcuende ha aclarado que esta mañana varios científicos que trabajaban en las inmediaciones de la colada tomando muestras tuvieron que ser desalojados porque la calidad del aire en esos espacios, dice, no era la mejor. Esa región, aun así, está dentro del ratio de la zona de exclusión, por lo que no ha afectado a ningún grupo de vecinos.
“Tampoco ha habido ninguna incidencia de corte de electricidad ni de telecomunicaciones, seguimos monitorizando la colada, las estamos vigilando. La fajana que se ha creado en el mar tiene una extensión de 28 hectáreas”, ha explicado Morcuende.
Por otro lado, López ha agregado que la nueva colada, la que sale de la última boca eruptiva que se abrió este sábado, sigue hacia el oeste, paralelamente al río de magma principal, pero se ha observado una menor tasa de emisión en las últimas horas.
También se han observado bombas volcánicas, un tipo de explosión que emite piroclastos de gran tamaño alrededor del cono volcánico, el cual, según ha explicado López, continúa con un campo fumarólico por el flanco noroeste, esto es, un área del volcán que solo emite gases, que podría desestabilizar la parte superior del cono, “que cambia de forma reiterada por los procesos de reconfiguración”.
Las emisiones de SO2, además, no han cesado. Y tampoco han disminuido en cantidad, pues se siguen situando en 3.000 toneladas diarias. “La emisión de gases se está volviendo más rica en azufre y pobre en carbono, reflejando la efusión de magma más desgasificado desde un punto poco profundo”.