La educación afectivo sexual es “clave en la educación libre y positiva de los seres humanos, que somos interdependientes, nos necesitamos los unos a los otros, tenemos capacidad de acercarnos a los demás, de establecer relaciones y vínculos afectivos que los necesitamos para poder sobrevivir”, ha explicado a La Palma Ahora Ana Pino, psicóloga, terapéutica sistémica breve y docente, miembro del Servicio de Educación Afectivo Sexual del Colectivo Harimaguada, que desarrolla en la Isla el proyecto sobre sexualidad juvenil Nuestras relaciones sexpresan conjuntamente con el Cabildo.
“Todas las necesidades de resolver estos vínculos afectivos, de comunicación, de erotismo, de acompañamiento, de intimidad corporal, tenemos que aprender, primero, a reconocerlas y luego a manejarlas, y a saber resolverlas de manera positiva, saludable, igualitaria y placentera”, subraya. “Por eso creemos que tenemos que hacer educación afectivo sexual que ayude a los seres humanos a resolver estas necesidades que todas las personas tenemos”, añade.
En su opinión, “la educación afectivo sexual tiene que hacer hincapié en que existen muchas formas posibles y sanas de ser hombres y de ser mujeres, y que hay muchas biografías posibles a la hora de relacionarnos, y lo importante es aprender a vivirlas desde una ética relacional corresponsable, una ética del placer, de la salud, del derecho a la vinculación y a la desvinculación, del derecho a la libre maternidad y paternidad, que nos ayude a poder relacionarnos como sociedad de manera positiva e igualitaria”.
La educación afectivo sexual, apunta, “desde nuestro punto de vista debería ser una tarea compartida por todos los agentes sociales, porque nos construimos en sociedad, y por tanto, la educación afectivo sexual debería ser una función primordial en las familias porque es en las familias donde aprendemos a convivir, a disfrutar, a relacionarnos afectivamente”. “Debería ser una tarea fundamental y primordial de la escuela porque es el lugar en el que todos podríamos tener acceso de manera igualitaria a estas necesidades, y también debería ser fundamental y crucial el papel de la educación afectivo sexual de los medios de comunicación, que nos transmitieran valores positivos, igualitarios, de respeto, de disfrute de las múltiples formas de vivir nuestras relaciones, y de nuestros iguales”, agrega.
Ana Pino ha resaltado que “hoy en día la educación afectivo sexual es la gran ausente de nuestras escuelas, es una carencia absoluta, no solamente no ha habido una incorporación mayor de la educación afectivo sexual integral, sistematizada, sino que cada vez la escuela y la familia, por toda la sobrecarga laboral y el poco tiempo que tenemos para pasar con nuestros hijos e hijas, no estamos cumpliendo el papel que ellos necesitan para poder vivir su sexualidad de manera responsable y satisfactoria”. “Realmente quienes están haciendo educación afectivo sexual son los medios de comunicación de masa, como internet, estamos dejando en sus manos que nos transmitan a nuestros hijos e hijas y a nuestros jóvenes cómo vivir su sexualidad, y los mensajes que nos están lanzando no son los más adecuados para poder tener una visión positiva e integral de esta relación, son mensajes muy estereotipados en los que hombres y mujeres siguen teniendo roles estereotipados de poder y en el que la sexualidad, más que al servicio de la afectividad, del placer, de la ternura, del vínculo, está al servicio del comercio, de vender una colonia o un coche”, dice.
Esta experta afirma que “se instrumentaliza la sexualidad para vender, es una sexualidad en la que solamente se muestran valores o modelos de relación muy heterosexuales y heteropatriarcales que no responden a las múltiples formas de relacionarnos que tenemos los seres humanos”. “Lanzan un mensaje de la sexualidad muy reduccionista, muy vinculada a las relaciones sexuales enfocadas al coito con riesgos y creemos que hay múltiples formas de vivir la sexualidad y las relaciones afectivos sexuales muchos más amplias que no están llegando a nuestros jóvenes”.
El Cabildo, en colaboración con el colectivo Harimaguada de Educación Afectivo Sexual, puso en marcha en 2015 el proyecto de sexualidad juvenil Nuestras relaciones sexpresan llenas de cuidados y creatividad. “En mayo de ese año se realizó una reunión de coordinación con el Área de Juventud y el Área de Mujer del Cabildo en la que se plasmó el interés de coordinar líneas de intervención conjunta de cara al 2016 que promuevan la construcción y vivencia de relaciones afectivos sexuales positivas, igualitarias, placenteras y saludables como un elemento central para la prevención de la violencia, la promoción de modelos diversos de ser persona, hombre, mujer, y la promoción de relaciones entre los y las jóvenes en igualdad y diversidad, libres de elementos discriminatorios de género”, recuerda Pino.
Por otro lado, agrega, “los recortes sociales acontecidos en los últimos años nos sitúan ante un cambio en los recursos institucionales que hasta ahora se habían destinado para el abordaje y atención a las necesidades afectivo sexuales de la población en general, y para la atención a jóvenes en particular”. En la actualidad, sostiene, “existe un desconocimiento tanto de los recursos existentes en La Palma como de las necesidades sentidas por los distintos profesionales de todas las áreas (sanitarias, educativas, asistencia, mediación, familia, etc.,) para poder llevar a cabo líneas de intervención que ahonden en la promoción de la calidad de vida y construcción de relaciones positivas en los y las jóvenes y adolescentes”.
“Fruto de las necesidades e intereses recogidas y detectadas durante la ejecución del proyecto en 2015 surgen las líneas de intervención para dar continuidad y profundizar en 2016-2017, y las acciones que planteamos pretenden promover líneas de abordaje e intervención en materia de sexualidad y cuidados relacionales integrales, biográficas, con perspectiva de género y que partan del imaginario de la población juvenil y adolescente para construir relaciones positivas y en igualdad; favorecer la prevención de la violencia de género en la población juvenil y adolescente, promoviendo la intervención en EAS de los diferentes agentes sociales que con ellos trabajan, y conocer la realidad existente en La Palma en cuanto al abordaje de las necesidades afectivo sexuales de adolescentes y jóvenes”, concluye.