Filmoteca Canaria trae esta semana a La Palma y Fuerteventura la singular historia de Petitet, “un corpulento y destacado músico gitano del barrio catalán del Raval que, a pesar de su precaria salud, consiguió cumplir la promesa hecha a su madre en el lecho de muerte de llevar la rumba a la cima”, se indica en una nota de prensa de la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias. El documental dirigido por Carles Bosch, desgrana las múltiples vicisitudes por las que pasó para cumplirla, reuniendo a una veintena de músicos geniales, aunque indisciplinados, que culminó en la celebración del histórico concierto de la Orquesta Sinfónica de Rumba del Raval en el escenario del Gran Teatre del Liceu.
Esta historia de superación, añade, que constituye también un gran retrato del personaje, se proyectará este lunes, 25 de junio, en el Teatro Chico, en Santa Cruz de La Palma, el martes en la Casa de la Cultura de los Llanos de Aridane, ambas a las 20.00 horas, en el marco del ciclo El Documental del Mes. La proyección se trasladará también al Auditorio de Puerto del Rosario, en Fuerteventura, el miércoles 27, a las 20.30 horas.
El protagonista del documental realizado por el mismo director de Balseros (nominado al Oscar) y de Bicicleta cuchara manzana (Premio Goya) es Joan Ximénez Petitet, destacado percusionista que ha acompañado tocando los bongos a muchos de los grandes músicos de rumba. Hijo único de uno de los palmeros de Peret, el famoso ídolo de la rumba catalana, está afectado por una enfermedad de las llamadas raras. Para cumplir el desafío que hizo a su madre obró el reto de reunir a veintisiete músicos para formar una gran orquesta. Los ensayos, ciertamente, son un caos: sus gitanos no han leído nunca una partitura, pero llevan el ritmo en la sangre. A pesar de las dificultades, Petitet aprovecha tanto los días buenos como los malos, dispuesto a cumplir su propuesta.
Según la crítica, “si romper las barreras de clase y de prestigio cultural para llegar al Liceu no fuera escaso desafío, la precaria salud del protagonista, lidiando con una miastenia gravis que socava su fuerza muscular, convierte el relato casi en gesta épica, aunque Petitet no sea amante de enfatizar los esfuerzos y acabe rematándolo todo, en el desenlace, con un expeditivo dicho y hecho”.
Sobre su director, Carles Boch, cabe recordar que ha obtenido el reconocimiento nacional e internacional por su nominación a los Oscar por el documental Balseros (2003) y ha sido ganador de los premios Goya y Gaudí por Bicicleta, cuchara, manzana (2010), en el que relata la lucha contra el alzhéimer de Pascual Maragall, expresidente de la Generalitat.