Es autor de una obra imprescindible para conocer los orígenes y la evolución del lenguaje de La Palma y de Canarias, cuya primera edición vio la luz en 2003, pero reconoce que en la actualidad “sería imposible escribir esa obra porque entrevisté a muchas personas mayores que ya no están, la mayoría de esos fenómenos han desaparecido porque la gente ya no habla como hace 20 años”, ha manifestado de La Palma Ahora el profesor palmero Pedro Nolasco Leal Cruz, doctor en Filología Inglesa por la Universidad de Alicante y catedrático de Bachillerato y de la Universidad de La Laguna (ULL), jubilado de su actividad docente desde hace año y medio.
En la época en la que escribió el libro, reconoce, “ya me estaba dando cuenta de que los rasgos estaban desapareciendo por la influencia de la televisión, la cultura y otros medios; la televisión, en concreto, ha acabado con muchos de los rasgos típicos de las hablas populares, los que van quedando del español tradicional cada vez son menos”, asegura.
El español tradicional de La Palma. La modalidad hispánica en la que el castellano y el portugués se cruzan y se complementan, editado por el Cabildo de La Palma, CajaCanajarias, Gobierno de Canarias y Centro de la Cultura Popular Canaria, “recoge por primera vez voces que han pervivido en los más remotos rincones de la Isla, voces heredadas de nuestros antepasados aborígenes, castellanos y portugueses y que con el paso del tiempo se han fusionado en una sola lengua”, dice. “Debido a lo abrupto de su territorio en La Palma se han formado y se mantienen islotes lingüísticos de cierta autonomía; así entre Tazacorte y Los Llanos, entre Gallegos y Franceses y entre Santa Cruz de La Palma y Las Breñas existen marcadas diferencias lingüísticas y de entonación”.
El profesor Leal Cruz resalta que “la única y gran diferencia que tiene el español de La Palma con referencia al de otras islas es que en aquél el portugués ha hecho mucha más mella que en las demás, hasta el punto que pudo ser considerado una lengua criolla como lo fue el papiamento de Cruraçao”. “La Isla conserva casi el 100% de los portuguesismos canarios. Es sin lugar a dudas el lugar idóneo para estudiar mejor la influencia del portugués a nivel insular”, sostiene. “Hay que agradecer al pueblo llano palmero el que haya sabido conservar un lenguaje, sobre todo léxico, encomiable; el portugués evolucionó y algunas voces consideradas arcaísmos en portugués se oían hasta hace unos años en boca de nuestra gente”, apunta.
A la pregunta de si el portugués ha desaparecido en Canarias, responde: “Para islas como La Palma, la respuesta es contundente: no. El castellano y el portugués se fundieron y se complementaron”. “Si comparamos el legado lingüístico luso en La Palma con el dejado en otras partes en las que los portugueses colonizaron, vemos una influencia muchísimo mayor en la primera, a pesar de que La Palma nunca formó parte del imperio portugués”, subraya.
El legado portugués, junto con el sustrato prehispánico, es “sin duda el rasgo más diferenciador de la modalidad canaria dentro del mundo hispanohablante”, afirma.
Este estudioso de la lengua canaria y palmera hace un llamamiento a la conservación de este patrimonio. “Creo que es deber de los medios de comunicación de masas promover el conocimiento, aunque pasivo, de toda esta riqueza lingüística que poseemos”, concluye.