Confiesa que está “muy cabreado”. El artista Luis Morera, que lleva más de 40 años luchando por la defensa del patrimonio natural de La Palma y cantando a la grandiosidad de su paisaje, se opone a la intervención que el creador vasco Agustín Ibarrola, con la colaboración de Facundo Fierro, tiene previsto llevar a cabo en barrancos de Garafía. “Este proyecto hay que frenarlo hasta que aclaren a los palmeros qué es lo que van a hacer allí, porque los ciudadanos no lo saben; que lo expliquen, queremos ver ejemplos”, ha manifestado a LA PALMA AHORA con evidentes muestras de malestar.
Morera se queja de que él ha presentado varios proyectos al Cabildo que han sido rechazados. “Defiendo desde hace tiempo la simbiosis arte-naturaleza, que tomé de César Manrique porque estaba dentro de mi concepto y mis ideas, me identificaba con esa filosofía, y Juan Cavallé y yo tenemos una iniciativa importantísima para La Palma, pero no se nos ha hecho caso”. “Me siento excluido, porque en mis 40 años de lucha no se me ha atendido y ahora viene un artista de fuera y se le hacen todos los honores, se le da el barranco y todo, sin conocer los resultados”, asegura. “Es muy jodido esto, porque con la trayectoria que tengo, ni me nombran, no existo, el olvido es tremendo”, se queja.
“El artista solo puede realzar la belleza de la natraleza”
La naturaleza, en opinión de Luis Morera, “es una obra de arte en sí que no debe tocarse, que tiene que ser respetada en su totalidad; lo único que pueden hacer los artistas es actuar con humildad en ella para realzar su propia belleza con accesos que no impacten y centros de interpretación para que el visitante disfrute de toda la poesía que contiene el paisaje”. “Nuestro patrimonio natural tendría que estar totalmente protegido de este tipo de actuaciones”, recalca. “Intervenir en el paisaje es doblegar la naturaleza”, añade.
Morera vuelve a recordar que “yo llevo muchos años con mis proyectos de arte y naturaleza y no he obtenido respuesta del Cabildo, y ahora llegan otros y parece que están descubriendo los barrancos, cuando los palmeros conocemos bien la naturaleza privilegiada que tenemos”.
“Como está diciendo mucha gente, lo de Ibarrola es de graffiteros”
El polifacético artista conoce la obra de Ibarrola en el País Vasco, y afirma: “Me aterroriza pensar que va a intervenir en una naturaleza como la nuestra, con la sensibilidad y el valor que tiene”. “Rechazo las actuaciones de pintar laderas y barrancos, porque eso, como está diciendo mucha gente, es de graffiteros”. La obra del creador vasco en espacios naturales, a juicio de Morera, “es muy impactante, y más en una naturaleza virgen y ‘relajada’ como la de La Palma”. “No me encajan nada los colores que hay expuestos en la Casa Salazar con la naturaleza de esta isla; tú no puedes pintar sobre las texturas de las paredes, las tonalidades de los riscos y barrancos que dicen que te maravillan, cómo se puede entender eso; es una contradicción, porque lo que se admira hay que respetarlo”, subraya. “Los artistas de La Palma, como yo, somos incapaces de actuar de esa manera, dando color a una naturaleza que tiene en sí su propio valor y que no hay que tocar”.
También se muestra contrariado por las palabras de Ibarrola. “Comete el error de decir que todos los que no estamos de acuerdo con su intervención somos ignorantes; me opongo al proyecto, por un lado, porque la gente no sabe exactamente lo que se va a hacer allí, y por otro, porque considero cualquier intervención de Ibarrola en el paisaje para nosotros no sería bueno”. “Tiene una trayectoria importantísima, pero desde que nos considera artistas aficionados a los que nos oponemos a su proyecto en Garafía… Es una actitud prepotente que no podemos admitir; yo soy artista y he vivido toda mi vida aquí y he luchado para que se entienda la filosofía arte-naturaleza”. “Ibarrola es muy reconocido y premiado a nivel internacional, pero son premios que se le han concedido por actuaciones en otros entornos, pero el paisaje de La Palma lo conocemos los artistas de aquí, que llevamos mucho tiempo luchando por él y entendiéndolo”, señala. “Y el Cabildo ha abierto una puerta para que otros vengan e intervenir, y La Palma se convertiría así en la isla del arte, pero a costa de destrozar su sensible naturaleza”.
“Nuestra naturaleza es bella en sí misma, no hay que retocarla”
A los palmeros, puntualiza Morera, “nos gusta que venga el visitante aquí y observe nuestros paisajes tal y como son, con su pureza; si dejamos que intervengan en los bosques y en los barrancos, pues el paisaje se convierte en un carnaval; debemos preservar para las futuras generaciones la pureza intocable de un paisaje, solo podemos realzarlo con centros de interpretación”. “No me gustan los pinos pintados de colores, me gusta el árbol con sus tonalidades, cuando llega la luz del atardecer y salen esos rojos…La naturaleza es bella en sí misma, no hay que imponerle nada, no se puede retocar ni machacar, y si la mano del hombre tiene que actuar en ella, pues apaga y vámonos”, dice.
Luis Morera no oculta su preocupación. “Vamos a perder el tesoro que tenemos, La Palma se ha preservado durante mucho tiempo sin intervenciones, y ahora esto es una locura porque llega Ibarrola; los palmeros que se han enterado del proyecto, que son pocos, están echando chispas, puesto que no se ha explicado qué es lo que se va a hacer”.
Su oposición al proyecto artístico de Garafía es rotunda. “No estoy de acuerdo con que Ibarrola intervenga en la naturaleza de La Palma tal y como ha hecho en otros lugares. ¿Te imaginas esos colorines metidos en las laderas? Eso es tremendo”, concluye.