Los vestidos artesanos de O Obradoiro “nacen de un exhaustivo trabajo que va desde una investigación a fondo en la hemeroteca sobre bordados palmeros, el cisnado o las manos de las bordadoras que con cada puntada nos enseñan la sabiduría de nuestros ancestros y representan una muestra vida de nuestra tradición y cultura”, explica Martina González Franco, prestigiosa modista artesana que expone sus exclusivos vestidos de lino de niña y de novia en la sala del Colegio de Abogados de Santa Cruz de La Palma hasta el próximo 11 de enero.
La muestra podrá visitarse de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas. Los días de llegada de cruceros, la exposición permanece abierta en jornada continua. Junto a los vestidos de niña y novia de Martina, también se exhiben bordados antiguos de Amparo Pérez y las piezas que realizan las alumnas de O Obradoiro. “Ellas se siente orgullosas de que se conozca su trabajo y yo también porque son las que dan vida al taller”, ha asegurado a LA PALMA AHORA esta modista artesana, natural de Santiago de Compostela, licenciada en Bellas Artes, que reside en La Palma desde hace ocho años, donde ha echado profundas raíces familiares.
Martina asegura que “la parte de la enseñanza es el alma de O Obradoiro, el gran corazón que hace que cada día sea especial y grandioso”. “Cuando una alumna aprende, se separa y termina el proyecto, el orgullo y la emoción que siento no se puede explicar con palabras”, asegura. “Participar en estos pequeños y grandes momentos de sus vidas hace que me sienta tan especial como ellas”, reconoce.
El diseño de los vestidos de Martina sigue “líneas sencillas para que lo que más destaque sea la belleza de los bordados palmeros”. La colección “está pensada para niños y le hemos dado grandes pincelas de color, siempre dentro del respeto a la tradición artesana de La Palma”, afirma.
Los bordados, asegura Martina, “son un gran ejemplo de la herramienta cultural que se ha transmitido tradicionalmente entre mujeres; más que un bordado es la historia de todas estas mujeres que, generación tras generación, ha conservado intacta la técnica y han dejado en un poco de ella en cada uno de sus trabajos”. “Para nuestra generación es una obligación luchar por este legado y llevarlo a lo más alto para que no se pierda, y, entre todos, mantener estas tradiciones a través del paso de los años”, concluye.