La directora de Museo Naval de Santa Cruz de La Palma, Carmen Concepción Fernández, se emociona cuando habla, haciendo uso de vocablos marineros, del contenido de este espacio ubicado en el Barco de la Virgen y gestionado por Gaia Consultores Insulares. “En poco más de tres años, el Museo Naval ha dado grandes pasos que están permitiendo navegar por aguas internacionales”, ha señalado a La Palma Ahora, al tiempo que ha destacado que “ha pasado de ser un museo visitable más de la Isla a ser un museo referente en Canarias con piezas de valor histórico patrimonial únicas en el mundo, porque única es la historia naval de una de las ciudades marineras con más tradición que existen en España”, asegura.
“El Barco de La Virgen, como es conocido en La Palma, comenzó una nueva travesía en octubre de 2015 con una hoja de ruta muy clara: embarcar con pasaje de ida para lograr poner en valor el importante patrimonio naval del que la Isla puede presumir, y desembarcar algún día tras un maravilloso viaje con la satisfacción de haberlo conseguido. Aún queda navegación”, dice.
El Museo Naval, precisa Carmen Concepción, “es ya en sí un museo peculiar al estar en una reproducción de una carabela colombina y vinculado a la fiesta más importante y completa de Canarias, La Bajada de la Virgen, fiesta que además puede disfrutarse como experiencia virtual todo el año en el Centro de Interpretación de la Bajada, en la calle Virgen de la Luz de Santa Cruz de La Palma”.
La colección que alberga el Museo Naval sobre la historia marinera de Canarias “es de una riqueza enorme”, afirma. “Además de maquetas de barcos, instrumentos de navegación y diversos objetos náuticos, hay que destacar como documentos de excepción, el acta de creación del primer Juzgado de Indias en Canarias, cartografía del siglo XVI y un manuscrito sobre arquitectura naval, una pieza única en el contexto nacional”, detalla. “No cabe duda de que fue la construcción naval uno de los episodios más importantes de la historia marítima palmera. El citado manuscrito permite salvaguardar la técnica magistral usada por quienes más sabían de construcción naval. Un documento lleno de alusiones tecnológicas británicas cuya adaptación a la realidad posibilitó la construcción de una centena de barcos, gran parte de ellos hicieron la carrera americana”, añade.
Recuerda que “la saga más importante de constructores navales fue la de los Arozena. Dejaron un legado de incalculable valor histórico. Si bien no está todo en el Museo Naval, afortunadamente sí se conserva y muestra el citado manuscrito, además de algunos objetos personales, maquetas y dibujos originales de sus barcos”. “Esta saga naval dejó también descendencia y son ellos ahora quienes atesoran piezas y documentos inéditos que por suerte no han desaparecido. Hablamos del Atlas de Arquitectura Naval de Fernando Arozena Lemos, que estuvo en la Exposición Internacional de Filadelfia de 1876 y ganó una medalla de oro”, apunta, y agrega: “Esta joya que ha permanecido por espacio de 150 años en poder de miembros de la familia Arozena ha sido donada el pasado 26 de abril al Museo Naval de Santa Cruz de La Palma y ya se encuentra expuesta en un lugar central del museo. En él se recogen una veintena de magníficos veleros construidos hasta 1860 en La Palma para armadores canarios”.
“El Atlas de Arquitectura Naval está ya sin duda en el lugar idóneo para ser mostrado al mundo con la certeza de que vuelva a ser de utilidad y ello ha sido posible gracias a la confianza depositada por los hermanos Arozena Concepción en la actual gestión del patrimonio histórico del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma y en la actual dirección del Museo Naval”, recalca. “En España ya sabemos por ingenieros navales que han conocido el atlas que no existe nada parecido en nuestro país. En Europa y América ya se verá”, comenta.
La donación del atlas o álbum de arquitectura naval “no puede separarse de otra donación y acontecimiento histórico sucedido justo un año antes, el 26 de abril de 2018: la donación y llegada a la ciudad de la campana del mítico velero La Verdad, construido por los Arozena en los astilleros palmeros y cedida al Museo Naval por el ciudadano americano, Tomas Cox”, indica.
“Numerosos son los visitantes americanos que salen orgullosos del Museo Naval tras conocer la historia de un compatriota de Portland que altruistamente donó la campana que perteneció al velero más importante construido en la Isla. La noticia de la campana de La Verdad viajó por todo el continente americano y hoy se acercan a conocerla de primera mano en el Museo Naval de Santa Cruz de La Palma. Su historia sigue haciendo historia y se vuelven a poner de actualidad los lazos que La Palma ha mantenido siempre con la otra orilla del Atlántico”, señala.
“Y si seguimos en América, tenemos la donación del chaleco del piloto americano John Carr que amerizó en las costas palmeras en plena 2ª Guerra Mundial y que fue rescatado gracias a la hospitalidad de un pueblo como es el de Tijarafe. Otro episodio motivo de orgullo, otra historia que contar y otra razón de peso para acercarse al museo”, sostiene.
En estos últimos años el Museo Maval ha recibido además otro tipo de cesiones que “poco a poco lo han ido convirtiendo en un espacio de lo más navegable”. “Recordemos las seis maquetas de barcos, con la flota de Colón como principales, cedidas en 2016 por un ciudadano alemán, Volker Reinle-Carayon, con quien tuvimos un primer contacto a final del 2015 y tras su visita al museo decidió ceder las citadas maquetas al Museo Naval. He de decir que el Sr. Volker está dispuesto, además, a dejar en depósito, siempre bajo la custodia de la actual dirección del Museo y los responsables del Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, parte de su valiosa colección de modelismo naval formada por una flota de barcos históricos relacionados con diferentes episodios navales insulares y nacionales en torno a lo cual se podrían crear nuevos e interesantes contenidos para el Museo Naval”, adelanta.
“También hay que destacar una valiosa biblioteca Naval donada por los herederos de Don José Díaz Duque, gran amante de la mar y sus historias. A ella se acercan marinos, curiosos, historiadores, niños…que pueden consultar los libros allí expuestos para su uso y disfrute. A ella se suma un libro de gran valor documental sobre la conquista y colonización de Canarias del doctor López Herrera, cedido por sus hijas para su consulta en la biblioteca del museo”, enumera.
En el Museo se encuentra asimismo “el dibujo original del velero La Verdad realizado en 1897 por Don Manuel Lucas Sicilia Duarte y donado por sus nietos y bisnietos para ser expuesto como otro testimonio del patrimonio cultural de La Palma”.
“Tres años repito, tres años en los que como directora de este magnífico Museo, he de dar las gracias a todos los que han depositado tanta confianza al desprenderse de estos tesoros históricos y familiares que a pesar de que suponen una gran responsabilidad para mí, sé que están en el mejor y más acertado lugar del mundo. Velaremos todos por su conservación y cuidado, con el compromiso de seguir atando cabos cada vez más fuertes y seguros que nos permitan a todos confiar en las cosas buenas de la mar”, concluye.