Pedaladas sobre el último volcán de Cumbre Vieja

Este lunes 19 de septiembre se cumple un año desde que se produjo la última erupción volcánica de Cumbre. Desde entonces, nada ha vuelto a ser igual para los vecinos de la Isla Bonita y, muy probablemente, para el resto de paisanos del Archipiélago. No obstante, aunque el terreno lo ponga complicado, nunca se puede dejar de pedalear... con el tiempo, la cadencia será mayor. Para el palmero Alberto Calero, componente del Equipo Ciclista Loro Parque Tenerife Los Silos Natural, no iba a ser diferente, informa en nota de prensa el citado club ciclista.

Los caprichos del destino y el optimismo -medido- de los organizadores. El pasado 10 de septiembre, La Palma fue testigo de la segunda edición de la Volcano Gran Fondo, una cita ciclodeportiva que tras la erupción acaecida en el municipio de El Paso, ha revalorizado su nombre. Y es que de utopía tornó en realidad... nadie, salvo Andrés Gómez (director de carrera y presidente de 7Raid) y el equipo de gobierno insular liderado por Mariano H. Zapata, creían allá por el mes enero, aún con la lava candente, se pudiera desarrollar una prueba que, sí o sí, tenía que cruzar las coladas que emergieron de la zona de Cabeza de Vaca.

Al final, después del tesón aplicado, no sólo se abrió una vía por la zona de Las Norias, sino que esta formaría parte del 'track' de la -más que nunca- Volcano. Sobre un pavimento de mortero romano tenían que rodar por varios kilómetros los osados que se atrevieron con los 128.500 metros de rutómetro. Sobre él, los aurinegros Daniel Hernández Évora, Sergio Álvarez, Édgar Magdalena, Cristhian Bedoya, Neftalí García, Courtney Parker, Patricia García, Elisabeth Alqueazar y el propio Alberto Calero, quien fue el mejor junior de la Gran Fondo.

Alberto Calero Valiente (El Paso, 19/3/2004) sintió la apertura de la grieta en la tierra desde escasos kilómetros. “Recuerdo aquel 19 de septiembre como si fuera hoy. Estaba en el salón de mi casa cuando mi madre me dijo que había explotado; en ese momento, no era consciente de lo que se nos venía encima. Aquel domingo no pudimos hacernos una idea del alcance del volcán. Bajo la lava, centenares de casas, una de ellas, la de un familiar directo”, comienza diciendo el joven ciclista pasense.

Alberto Calero vivió en carnes propias la tragedia acaecida en la Isla Bonita, también a la hora de practicar el deporte que más le apasiona, el ciclismo. “Es muy duro saber que aquellos sitios por los que pasaba entrenando cada día ya no están… ni van a volver jamás. Cambió todo, sobre todo la vida de muchos conocidos”, aduce el junior.

Por último, Calero hace alusión al hecho de entrenar y competir, con motivo de la mentada Volcano Gran Fondo, sobre las vías abiertas sobre las coladas del volcán de Cumbre Vieja. “La primera vez que pasé por esas carreteras me sentí desorientado, no sabía ni dónde estaba ni hacia dónde me dirigía; ya no existe ninguno de los barrios de la zona. El que se haya sacado esta prueba pese a las dificultades, es un halo de luz entre tanta oscuridad que nos ha tocado vivir. Fue emotivo competir sobre el mortero romano que se ha puesto sobre la vía”, concluye a los medios oficiales del club.