Pertenece a la nueva generación de empresarios de Santa Cruz de La Palma y está pleno de ideas innovadoras y atractivas que se ha traído de ciudades del viejo continente. David Hernández, de 27 años, es un joven licenciado en Ciencias Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, que habla inglés y alemán, que ha dado clases de Economía en un colegio de Santander, que ha trabajado en el Parlamento Europeo y que en el año 2010 decidió, sin titubeos, dejar Bruselas y trasladarse a la Isla para iniciar un proyecto junto a su progenitor, Antonio Manuel Hernández, un experimentado comerciante que fue despedido de la empresa en la que prestó sus servicios durante más de 30 años. “Pensé, sin dudarlo, que lo mejor era volver a La Palma para apoyar a mi padre, que me había inculcado muchos valores, que había apostado porque estudiara y me formara y porque conociera otras culturas”, ha manifestado a LA PALMA AHORA. Así nació La Molina Artesanía, un innovador establecimiento comercial de la capital, de marca familiar, en el que imperan la profesionalidad y el trato exquisito.
La Molina, en la que reina una ambientación que invita al relax y al sosiego, combina la dilatada experiencia comercial de Antonio Manuel Hernández y las ideas innovadoras de su hijo David. “En este negocio cada uno aporta el 50%; él y yo lo decidimos todos, aquí no hay más equipo”, explica. El tándem padre-hijo, con muchas horas de esfuerzo y trabajo, ha logrado convertir a este local de Santa Cruz de La Palma en un referente incluso a nivel nacional. “Queremos que el cliente se sienta a gusto, sin presiones a la hora de comprar; aquí puede degustar un té, relajarse y pasar a la sala de arte”, detalla.
David Hernández reconoce que “desde muy jovencito me ha gustado la emprendeduría”. Recuerda que hace 11 años fundó, con un amigo, la Cofradía de La Piedad “y a partir de ahí siempre he estado implicado con los jóvenes de La Palma, haciendo cosas diferentes en todos los ámbitos”. Es un apasionado del arte y de la cultura en general, y muy observador. “Todo lo que capto en otros lugares que me parece interesante, lo intento aplicar en La Palma”, dice. Estudió inglés en Inglaterra, de donde se trajo la receta de las galletas de mantequilla que ahora comercializa con éxito bajo el nombre 'Galletas de las estrellas“. En Inglaterra también aprendió los buenos modales en el comercio. ”Allí hay mucho respeto al cliente, se le trata bien, no se le presiona para que se sienta relajado y a gusto“, explica.
Este joven admite que su objetivo es ganar dinero, pero, además, resalta, “soy una persona solidaria” por lo que desde La Molina , que abre todo los días del año, ha impulsado varios proyectos solidarios en beneficios de los niños saharauis o de Cáritas. El apoyo a los artistas es otro de los pilares de este proyecto empresarial. La Molina cuenta con una sala de exposiciones, denominada 'Hay un mundo por conocer? La Palma', en la que cada quince días se exhiben obras de creadores locales. “Esta sala, que está reservada ya hasta febrero de 2014, es una de las grandes apuestas; la idea me la traje de Bruselas y lo que yo pretendo es que aquí muestren sus trabajos los artistas, aunque no sean conocidos”, aclara.
Una apuesta por La Palma
A David siempre le ha gustado “lo mío, y lo mío es La Palma”. La Molina Artesanía nació en octubre de 2010 con el objetivo claro de ser algo más que un comercio convencional. “Nuestra idea de negocio no es abrir a las 09.30 horas y cerrar a las 20.30 horas, lo que pretendemos es que cuando el cliente acceda al local entre en otro mundo, en algo distinto”, puntualiza. Esta empresa, asegura, es “una apuesta total por La Palma”. Prueba de ello es que venden productos que, aunque no les son rentables económicamente, los mantienen por una cuestión de compromiso con las tradiciones. Es el caso de “unos sombreros de colmo que los hace una señora de Las Manchas que tiene más de 90 años y que cuando se muera van a desaparecer, pero nosotros apostamos por ellos”, resalta.
En La Molina se vende artesanía y repostería de La Palma, complementos y más de 90 variedades de té y café a granel importados de Inglaterra y Colombia. Los productos estrella de la tienda, que han sido patentados, son 'La Tomasita', un personaje cómico, que está causando furor, realizado de forma artesanal por una familia de la capital y que se comercializa en forma de pendientes, llaveros o broches, y las 'Galletas de las Estrellas“. Este establecimiento ofrece al cliente la posibilidad de degustar un té o un café y contemplar, al mismo tiempo, obras de arte. La respuesta de la sociedad a este novedoso proyecto empresarial ha sido ”muy positiva, a pesar de la crisis“, apunta David, quien se muestra muy satisfecho por el apoyo que ha recibido de las instituciones. En La Molina compran tanto locales como extranjeros, y el turismo de crucero da mucha vida al negocio. ”Cuantos más barcos vengan, mejor“, apunta David.
Este joven con talento y modales exquisitos considera que a pesar de que la crisis ha hecho decrecer el consumo, en el sector comercial “se puede mejorar”. La Palma, afirma, “tiene un potencial empresarial enorme que está aún por explotar. ”Conozco ciudades europeas en las que he pagado por ver cosas de mucho menor calidad de las que tenemos en la Isla“, afirma. Santa Cruz de La Palma, en su opinión, ”es una de las ciudades más bellas que existen, y la cultura que se respira en lo que podríamos considerar una pequeña manzana de una gran ciudad, es impresionante“. En este sentido reclama que el relevante patrimonio artístico que albergan los templos ”se abra“ y se ponga en valor como recurso.
La Molina ha contribuido a dinamizar la vida en la ciudad con la organización de eventos como una fiesta veneciana en la Calle Apurón, una idea que también ha traído David de fuera; la degustación del dulce típico del local, 'La flor de La Molina', en los conciertos del festival La Ópera en el Convento, o el concurso 'La Palma, el cielo de las estrellas' que tiene como fin “potenciar a la gente joven e ilusionarla”. En la programación de actividades de La Molina para este año, David anuncia “grandes sorpresas”.