El rey de Jordania, Abdalá II, ha ordenado al primer ministro, Abdalá Ensour, que tome las medidas necesarias para liberar a los manifestantes detenidos, según ha informado la Corte Real en un comunicado.
A lo largo del último mes, decenas de personas han sido detenidas por “cruzar las líneas rojas” con sus eslóganes durante las numerosas manifestaciones que se han celebrado en Amán y en las principales ciudades jornadas en demanda de reformas democráticas, según informa el diario 'Jordan Times'.
El portavoz del Gobierno y ministro para los Medios de Comunicación, Samih Maaytah, ha explicado en una rueda de prensa que la Corte de Seguridad del Estado debe llevar a cabo los procedimientos previstos antes de que los manifestantes sean puestos en libertad.
En declaraciones a BBC Radio, Maaytah ha negado que los detenidos sean presos políticos, aclarando que no han sido arrestados por sus opiniones, sino por entonar eslóganes contrarios a la legislación jordana, por lo que han sido acusados de socavar el sistema gubernamental y calumnias.
La decisión de liberar a los manifestantes detenidos llega el mismo día en que Abdalá II ha instado a la oposición a participar en las elecciones legislativas del próximo 23 de enero, si realmente quiere “cambiar Jordania”, ya que de ellas surgirá el primer gobierno elegido por el Parlamento.
El rey ha llevado a cabo una serie de reformas políticas a raíz de las protestas que se desataron en otros países en la llamada 'Primavera Árabe' y que, en el caso de Jordania, no fueron multitudinarias. Entre ellas, destacan la creación de un Tribunal Constitucional, una Comisión Electoral Independiente y la convocatoria de elecciones legislativas.
La oposición critica que las reformas electorales siguen beneficiando a los candidatos oficialistas, ya que solo reservan el 18 por ciento de los escaños a las listas de los partidos políticos, dan tres escaños más a las mujeres de los distritos beduinos y permiten votar a las fuerzas de seguridad.
En su opinión, todo ello contribuirá a seguir marginando a los jordanos de origen palestino, que suponen alrededor del 60 por ciento de la población, pero que tienen escaso poder político, a favor de los descendientes de los beduinos originarios, que dominan el Gobierno y las fuerzas de seguridad y son el principal respaldo de la monarquía.