La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, ha asumido la responsabilidad del ataque perpetrado el pasado 11 de septiembre contra el consulado del país norteamericano en la ciudad libia de Benghazi (este), en el que murieron cuatro estadounidenses, entre ellos el embajador en Trípoli, Christopher Stevens.
“Asumo la responsabilidad”, ha dicho la jefa de la diplomacia estadounidense, en una entrevista concedida este lunes a la cadena CNN desde Perú, donde se encuentra de visita oficial.
Clinton ha aclarado que el Departamento de Estado es quien toma las decisiones sobre la seguridad de las misiones diplomáticas y de los consulados estadounidenses en el extranjero y, por tanto, quien debe asumir la responsabilidad de las mismas.
De esta forma ha querido zanjar la polémica que surgió tras el debate electoral de la semana pasada, en el que el vicepresidente, Joe Biden, aseguró que desconocía las solicitudes para reforzar la seguridad en el consulado estadounidense en Benghazi, a pesar de que el Departamento de Estado dijo en un primer momento que la Casa Blanca había rechazado sus peticiones.
“Quiero evitar algunas interpretaciones políticas”, ha indicado la ex primera dama, subrayando que ni el presidente, Barack Obama, ni Biden, tomaron decisiones sobre el ataque al consulado estadounidense en Benghazi.
En la misma línea, ha intentado frenar las críticas al Departamento de Estado por atribuir inicialmente el suceso a un ataque espontáneo y admitir posteriormente que fue un ataque terrorista. “Después de un ataque siempre hay mucha confusión y la información ha ido cambiando desde entonces”, ha defendido.
En este sentido, ha revelado que durante y después de que se produjera el ataque se vivieron horas de máxima tensión en el Departamento de Estado. “Fue un largo calvario, porque estábamos intentando averiguar qué había pasado”, ha dicho.
Clinton ha subrayado que ahora su prioridad es garantizar que no se vuelva a producir un ataque terrorista contra las embajadas y los consulados de Estados Unidos, aunque manteniendo la acción diplomática, “incluso en zonas peligrosas como Benghazi”. “No podemos no comprometernos, no podemos retroceder”, ha sostenido.