Espacio de opinión de La Palma Ahora
El alquimista de la música y la palabra
Ha fallecido D. Luis Cobiella Cuevas, descanse en paz. Mucho se ha escrito y se escribirá de D. Luis, no en vano es uno de los grandes hijos ilustres que ha dado Santa Cruz de La Palma. No voy a enumerar todos los reconocimientos, merecidos todos, que posee, de eso ya se han encargado otros, simplemente voy a hablar de D. Luis en la parte me influyó como persona, como humano.
Tuve la suerte de conocer personalmente a D. Luis, de hablar con él, de escuchar sus enseñanzas filosóficas, porque cada vez que hablaba aprendías algo del bien y del mal, de lo terrenal y de lo divino. Tuve la suerte de que en mi etapa como alcalde de Santa Cruz de La Palma D. Luis creaba y nos deleitaba con sus composiciones, con sus creaciones; y así, a los Minués y a los Carros que compuso en otras épocas, entre otros, en la última Bajada de la Virgen (2010) se estrenaba para la Danza de los Enanos, Los Cantores del Mester, obra nueva creada ex profeso junto a su amigo Luis Ortega Abraham (letra), y una de sus mayores ilusiones, y de las pocas que le quedaban por ver cumplida, poner música a la primera parte de la Danza. Dijo, “No me quiero morir sin ponerle música a la Danza de los Enanos?” y lo consiguió.
Con D. Luis también tuve el honor de reinaugurar nuestro emblemático Teatro Circo de Marte, el 25 de octubre de 2008, tras más de 20 años cerrado, con el reestreno de su obra San Borondón: Poema sinfónico desde una isa, o como decía D. Luis, “Poema sinfónico desde una isla, a veces pronuncio 'isla' en lugar de 'isa' y pienso que no se trata de un simple equívoco. Cualquiera de nuestras islas puede ser isla, puede ser isa, puede ser San Borondón. La isa es una producción folclórica, tal vez la isla también”.
En la historia fantástica del Archipiélago, el mito de San Borondón asoma, como un reflejo de la propia isla, en permanente movimiento cíclico. Y lo hace al calor de su triple construcción: historia, leyenda y misterio. El propio Luis Cobiella ha entendido ese dictado, tal y como lo deja entrever este fragmento de su poema La realidad no cabe en la existencia, de su libro Desde el ser a la vida:
La realidad no cabe en la existencia;
Y el empeño mezquino de que exista
pretende recortarla y reducirla
al tamaño del mundo.
Yo quiero abrirle el pecho y que me duela
Hasta encontrar lugar dentro de mí.
Y con tanta filosofía y tanto humanismo, letras puras, siempre me llamó la atención que su carrera fuera Química, ciencias puras, a no ser que fuera alquimista, seguro que lo era, capaz de transformar la palabra y la música en sentimientos, en pensamientos,? mezclando “sustancias” hasta transformar su creación artística en oro, en riqueza inmaterial pero eterna; y como la energía que ni se crea ni se destruye, solo se transforma, D. Luis se ha convertido en parte de nosotros a través de sus hechos y de sus obras. Y todo esto lo ha conseguido como todos los grandes, con humildad, con amor, con mucho trabajo, porque D. Luis era trabajador inagotable, ameno conferenciante, sabio, con empatía, prudente y discreto profesor, conocedor más que nadie las limitaciones personales o profesionales del otro y que nunca exigía más del tanto por ciento que los demás pueden dar.
Detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer, en nuestro caso, Concha Capote, y una buena familia, sus hijas, su yerno, sus nietos, sirvan estas últimas palabras para enviar mi más sentido pésame a todos ellos, con la esperanza que las mismas sirvan de consuelo en estos momentos difíciles que están viviendo. ¡Un abrazo!
Ha fallecido D. Luis Cobiella Cuevas, descanse en paz. Mucho se ha escrito y se escribirá de D. Luis, no en vano es uno de los grandes hijos ilustres que ha dado Santa Cruz de La Palma. No voy a enumerar todos los reconocimientos, merecidos todos, que posee, de eso ya se han encargado otros, simplemente voy a hablar de D. Luis en la parte me influyó como persona, como humano.
Tuve la suerte de conocer personalmente a D. Luis, de hablar con él, de escuchar sus enseñanzas filosóficas, porque cada vez que hablaba aprendías algo del bien y del mal, de lo terrenal y de lo divino. Tuve la suerte de que en mi etapa como alcalde de Santa Cruz de La Palma D. Luis creaba y nos deleitaba con sus composiciones, con sus creaciones; y así, a los Minués y a los Carros que compuso en otras épocas, entre otros, en la última Bajada de la Virgen (2010) se estrenaba para la Danza de los Enanos, Los Cantores del Mester, obra nueva creada ex profeso junto a su amigo Luis Ortega Abraham (letra), y una de sus mayores ilusiones, y de las pocas que le quedaban por ver cumplida, poner música a la primera parte de la Danza. Dijo, “No me quiero morir sin ponerle música a la Danza de los Enanos?” y lo consiguió.