Espacio de opinión de La Palma Ahora
Brotes verdes
Los pinos canarios son auténticos titanes de los montes. El fantasmal bosque de tizones que dejó a su paso el voraz incendio desatado en los montes del municipio de El Paso el pasado 16 de julio vuelve a retoñar con ímpetu. Los incipientes brotes verdes dan una nota de color a un entorno ahora mortecino, pero con recursos para resurgir. Todo es cuestión de tiempo y esfuerzo. La vida, tras la desolación, vuelve a palpitar y los tiernos pimpollos que surgen de los leños conforman el latido visual de la esperanza.
Todo un ejemplo a seguir en esta nefasta coyuntura en la que nos llevan a la miseria. Como los fuegos incontrolados y devastadores, la casta dominante está arrasando con la floresta del estado de derecho.
Debemos sofocar el ardor del modelo económico que tantos estragos está provocando entre los ciudadanos de a pie con mayores dosis de solidaridad y compromiso con el bienestar común. No se puede seguir con un sistema en el que la tropelía de hundir más en la pobreza a los desfavorecidos sea la solución de la deuda soberana mientras los acaudalados incrementan su descomunales privilegios y, la caterva de dirigentes y asesores de la casta dominante, con los impuestos de todos, continúan cobrando sueldos obscenos.
La ley de la selva, desgraciadamente, está ganado terreno. Sin embargo, si los árboles nos dejaran ver cómo el bosque, en las circunstancias más complejas, siempre se abre camino, constataríamos que la naturaleza es, a veces, rigurosa con sus principios, pero nunca desalmada. Y, si no, vayan a El Paso y observen los brotes verdes que repuntan con ganas de rehacer el mundo.
Los pinos canarios son auténticos titanes de los montes. El fantasmal bosque de tizones que dejó a su paso el voraz incendio desatado en los montes del municipio de El Paso el pasado 16 de julio vuelve a retoñar con ímpetu. Los incipientes brotes verdes dan una nota de color a un entorno ahora mortecino, pero con recursos para resurgir. Todo es cuestión de tiempo y esfuerzo. La vida, tras la desolación, vuelve a palpitar y los tiernos pimpollos que surgen de los leños conforman el latido visual de la esperanza.
Todo un ejemplo a seguir en esta nefasta coyuntura en la que nos llevan a la miseria. Como los fuegos incontrolados y devastadores, la casta dominante está arrasando con la floresta del estado de derecho.