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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Carta de un emprendedor a su hija…

Estimada hija, antes de nada, quiero agradecer tu paciencia. En los últimos meses he tenido mucho trabajo y, aunque me hubiese gustado pasar más tiempo contigo, la vida del emprendedor es normalmente muy ajetreada

Sé que cuando te pregunten en el colegio que “a qué se dedica tu papá”, tendrás que decirles que “a temas de marketing, comunicación y formación”, y que además “escribe cosas”, pero también sé que me he ganado que lo refuerces con “y pasa poco tiempo en casa”. Perdóname estimada Yaiza, la vida del emprendedor es normalmente muy intensa. 

Me perdí la primera vez que gateaste porque estaba dando una ponencia a unos 600 kilómetros de ti, la primera vez que dijiste “papá” porque estaba a otros tantos intentando cerrar una negociación, la primera vez que diste 5 pasos sin caerte porque estaba en otro lugar de nuevo muy alejado para verlo… Y créeme, sé que son cosas que ya no volverán a suceder, reconozco que son situaciones para estar ahí, a tu lado, para emocionarme incluso a modo de río de agua salada en mejilla… Una vez más perdóname, la vida del emprendedor es en ocasiones “muy de viajes”. No estuve en esos primero pasos, pero estaré cuantas veces te caigas en el futuro, serán muchas hijita, pero mi mano será firme como la “mano del rey” de los Stark o de los Lannister. 

Estimada hija, quiero que sepas que el emprendedor es una persona luchadora, que vive más sueños estando despierto que en la cama. Es un ente con ambición, ilusión, con unas ganas inmensas de hacer un mundo mejor, de crear riqueza a la sociedad. Recuerda que todos las cosas que vayas a realizar en el futuro, tus estudios, practicar tus deportes favoritos, incluso enamorarte, deberás hacerlos con esas cualidades, con ese ímpetu, con ese “espíritu emprendedor” que le dicen. 

La vida del emprendedor no tiene tregua. Normalmente somos l@s comerciales de la empresa, l@s jef@s del proyecto de turno, nuestr@s propi@s secretari@s, las personas encargadas de enviar presupuestos, de ver de vez en cuando a “nuestr@s amig@s de la banca”, de ejercer de “community manager”… Y lo es porque los pequeños proyectos comienzan así, subiendo las escaleras. El éxito del emprendedor no entiende de ascensores, de atajos banales que te hagan llegar más rápido pero sin rumbo. En el futuro, recuerda siempre que tendrás que ganarte cada escalón, que deberás dejar huella sin pisar a nadie, que, tal y como hacen las personas emprendedoras, no debes mirar a nadie por encima del hombro porque sencillamente las personas somos iguales; no deberán existir escalafones que te confundan. 

Querida hija, ayuda siempre a las personas que lo necesiten. El emprendedor auténtico tiene esta máxima durante todo su viaje. Serás recordada por el cómo haces las cosas, no por las cosas que haces. El ser humano tiene una facilidad asombrosa para olvidar que no todo vale, aunque todo suma. Sé consecuente con tus actos, no hagas daño a nadie porque éste actúa a modo boomerang en abedul ligero, e impactará contra tu alma en menos tiempo del que puedes llegar a imaginar. 

Yaiza, sonríe siempre, a la vida, a los problemas, a los éxitos y a los fracasos. De todo se aprende. La sonrisa, como suele decir tu padre, es “risa con son”, y al igual que pasa en el mundo emprendedor con el cliente, tu entorno se dará cuenta de todo. Si estás mal, ese entorno (mercado), se aprovechará de ti, intentará ser leñador pérfido para hacer buena madera del árbol caído. No le des ese tipo de satisfacciones al rival, a la persona que quiere coger ese ascensor tramposo antes que las escaleras, a los que son malos y/o malas personas… 

Voy acabando hija, no quiero aburrirte y mucho menos quitarte tus horas de puzzles y juegos. Rodéate de personas que sumen, que te aporten valor, pero que también denoten el que tú tienes. Ofrece, tal y como hace el emprendedor, valor para que puedan pagar por tus conocimientos. No tengas reparo en dar sin recibir; en esta situación el boomerang es más plomizo, más pesado, tarda más en llegar, pero todo llega… hasta este arrepentimiento. 

No le tengas miedo a nada, y sobretodo, a nadie. Eso sí, adquiere respeto a las situaciones, a las cosas más desconocidas, valora alternativas, estudia muy bien las decisiones que vayas a tomar… Pero reitero, sin miedo. El miedo te coarta, te hará ser una persona que no eres, incluso podrá lograr que no tomes decisiones y, créeme cuando te digo, que la peor decisión que tomarás en tu vida es precisamente no tomar ninguna. 

Ojala que cuando puedas leer estas letras, haya tenido tiempo de explicarte con palabras lo que significa ser una persona emprendedora, porque no solo es emprendedor quien lanza un proyecto o idea al mercado, se puede ser esa persona emprendedora desde muchas perspectivas en la vida. Solo pido que de vez en cuando me escuches, me leas, me sientas más cerca aunque esté a esos 600 kilómetros de distancia física. 

Estimada Yaiza, prometo seguir contándote cosas, seguramente “más en privado”, y aunque no está bien jurar, ahora que no nos lee nadie, juro que no seré el mejor padre emprendedor, pero seguramente sí uno de los más diferentes. 

Rayko, tu papá emprendedor que te quiere. 

Un saludo. 

Rayko Lorenzo.

www.raykolorenzo.com

Estimada hija, antes de nada, quiero agradecer tu paciencia. En los últimos meses he tenido mucho trabajo y, aunque me hubiese gustado pasar más tiempo contigo, la vida del emprendedor es normalmente muy ajetreada

Sé que cuando te pregunten en el colegio que “a qué se dedica tu papá”, tendrás que decirles que “a temas de marketing, comunicación y formación”, y que además “escribe cosas”, pero también sé que me he ganado que lo refuerces con “y pasa poco tiempo en casa”. Perdóname estimada Yaiza, la vida del emprendedor es normalmente muy intensa.