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Citas para el 24M

Primera cita: “Cuando alguien asume un cargo público, debe considerarse a sí mismo como propiedad pública”. Tomás Jefferson

Los datos aireados ampliamente el anterior fin de semana apuntan a una política de pactos para el gobierno de nuestra Comunidad. Lograr que dos fuerzas políticas alcancen una mayoría para gobernar las Islas se antoja casi imposible. Sin embargo, algunos esperan que ese 30% de canarios y canarias indecisos, que según las encuestas “no sabe no contesta”, pase por las urnas y desmienta los sondeos preliminares que anticipan que serán necesarias alianzas entre, al menos, tres formaciones para dar estabilidad al futuro Gobierno de Canarias tras los comicios del 24 de mayo. Después de un periodo lamentable en el que se ha anulado el debate y empobrecido los análisis socioeconómicos; después de una etapa en la que ha paralizado la creatividad y con ello la generación de propuestas para la solución de los problemas políticos, sociales y culturales, no se nos oculta lo difícil y complicado que será diseñar un futuro alentador para las islas. Y si miramos más allá, a los partidos que han sustentado, hasta ahora, la columna vertebral de esta España nuestra es normal que nos invada la impotencia ante la profunda aversión que existe por la clase política, provocada por las cosas incalificables que han pasado estos últimos años. Por eso, pocos se sorprenden de que el ritmo de las imputaciones empiece a ser monótono y hasta aburrido, pero está claro que las estructuras de los partidos se han resentido, y resquebrajado en algunos casos, porque el pueblo en gran medida ha entendido que la corrupción no existiría, si no fuera porque se ha visto amparada por la poderosa maquinaria de los partidos. Y es que “los bolsillos de los gobernantes”, como solía decir Tierno Galván el recordado alcalde de Madrid, “deben ser de cristal”. Fin de la segunda cita.

Ante esta situación, no ha resultado extraña la aparición de nuevos partidos políticos que propugnan un cambio. No comparten los modos empleados en la gestión de la crisis ni tampoco los continuos debates que no sólo reducen la esperanza sino que transmiten una desazón infinita a los electores. ¿A qué o a quién votar? Las nuevas fuerzas dan alas a los indecisos. Hablan de estimular a las pymes y dar trabajo, activan los resortes de la imaginación, prometen acabar con los desahucios e intentan estructurar una política dirigida al bienestar real de la ciudadanía, y sostienen que transformarán esta sociedad nuestra alejándola del pudrimiento y la corruptela que nos han sumido en la desesperación. Más que nunca somos conscientes de que nuestros hijos lo tienen difícil y que habrán de buscar una manera más inteligente de trabajar y de vivir en nuestra tierra o lejos de ella. Y habrán de poseer los conocimientos técnicos necesarios para gestionar proyectos en los que la implementación de las nuevas tecnologías serán primordiales junto al espíritu emprendedor para alcanzar la competitividad y el crecimiento.

En nuestro Archipiélago, los últimos sondeos aportaron apuntes suficientes para hacernos entrever la entrada en el Parlamento de tres nuevas fuerzas políticas. Los partidos emergentes Podemos y Ciudadanos irrumpirán en la Cámara, tras mostrar en campaña su preocupación incansable por una sociedad necesitada de cambios, con el ánimo de defender los intereses comunes y exigir a los servidores públicos la carga ética a la que están obligados, única forma de dar a la política un rostro de transparencia y civilidad solapado en los últimos tiempos por la torpeza y el descrédito de unos pocos. En relación con la tercera fuerza política, la predicción de las encuestas va más allá…, observa la posibilidad de que la Agrupación Socialista Gomera, creada por Casimiro Curbelo tras su ruptura con el PSC-PSOE, obtenga representación parlamentaria. Sospecho que la sede de Teobaldo Power se convertirá en “un banco de pruebas” para que sus moradores olviden viejos rencores y sentimientos puramente personales. Así, sus señorías tendrán que asimilar, en nuestra tercera cita, las enseñanzas de Carlos Siller: “La palabra tiene mucho de aritmética: divide cuando se utiliza como navaja, para lesionar; resta cuando se usa con ligereza para censurar; suma cuando se emplea para dialogar, y multiplica cuando se da con generosidad para servir”. O tal vez debieran recordar como cuarta cita, la famosa frase de Winston Churchill : “Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar”.

Referente a La Palma, hasta ahora se ha topado con una burocracia oficial tan arraigada que ha frenado su desarrollo y coartado muchas de sus expectativas. Por eso, esperamos que a partir del próximo 24 de mayo las urnas se encarguen de ofrecernos una vanguardia representativa de hombres y mujeres dotados de visión, imaginación y coraje, que contribuya en gran medida a la prosperidad que todos deseamos. Decía Chaplin (he aquí la quinta cita) que “el tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto”. Hace muchos años que venimos soñando con esa perfección.

El hecho de votar renueva nuestra esperanza y nos ilusionamos en la creencia de que todavía podemos encontrar gente capaz de fijar metas, planificar nuestro territorio, ejecutar proyectos, programar actividades, y dirigir un cambio de actitud ante los problemas agravados por la magnitud de la crisis. Emulando al pensador argentino Horacio Amezúa, confío en la política cercana. De ahí que, basándome en una aseveración suya, complete la media docena de citas: “Todo aquello por lo que luchamos y en lo que creemos -la libertad, la igualdad, la justicia- encuentra su máxima expresión en el despacho de un alcalde, de un concejal o de un presidente de Cabildo, pues en estos despachos todos esos valores se concretan en personas con rostro”. El domingo 24 de mayo las personas con rostro, con nombres y apellidos tendremos la oportunidad de hablar. Las palabras serán nuestros votos.

Primera cita: “Cuando alguien asume un cargo público, debe considerarse a sí mismo como propiedad pública”. Tomás Jefferson

Los datos aireados ampliamente el anterior fin de semana apuntan a una política de pactos para el gobierno de nuestra Comunidad. Lograr que dos fuerzas políticas alcancen una mayoría para gobernar las Islas se antoja casi imposible. Sin embargo, algunos esperan que ese 30% de canarios y canarias indecisos, que según las encuestas “no sabe no contesta”, pase por las urnas y desmienta los sondeos preliminares que anticipan que serán necesarias alianzas entre, al menos, tres formaciones para dar estabilidad al futuro Gobierno de Canarias tras los comicios del 24 de mayo. Después de un periodo lamentable en el que se ha anulado el debate y empobrecido los análisis socioeconómicos; después de una etapa en la que ha paralizado la creatividad y con ello la generación de propuestas para la solución de los problemas políticos, sociales y culturales, no se nos oculta lo difícil y complicado que será diseñar un futuro alentador para las islas. Y si miramos más allá, a los partidos que han sustentado, hasta ahora, la columna vertebral de esta España nuestra es normal que nos invada la impotencia ante la profunda aversión que existe por la clase política, provocada por las cosas incalificables que han pasado estos últimos años. Por eso, pocos se sorprenden de que el ritmo de las imputaciones empiece a ser monótono y hasta aburrido, pero está claro que las estructuras de los partidos se han resentido, y resquebrajado en algunos casos, porque el pueblo en gran medida ha entendido que la corrupción no existiría, si no fuera porque se ha visto amparada por la poderosa maquinaria de los partidos. Y es que “los bolsillos de los gobernantes”, como solía decir Tierno Galván el recordado alcalde de Madrid, “deben ser de cristal”. Fin de la segunda cita.