Espacio de opinión de La Palma Ahora
Día Mundial de la Radio
Cae la tarde del 13 de febrero, y aquí me tienen intentando coger este día por el rabo. Casi se me escapa sin haber felicitado a los profesionales de la radio de la Isla y de Canarias. El 10 de noviembre de 2011 la Conferencia General de la UNESCO en su Resolución 36/63 proclamó “Día Mundial de la Radio” el 13 de febrero. La idea de establecer este “Día” tan especial fue propuesta de manera formal por Ion de la Riva, Embajador Permanente de España, en nombre de nuestro Gobierno y atendiendo a una sugerencia del presidente de la Academia Española de la Radio, Jorge Álvarez, que en enero de 2008 había solicitado su instauración al Director General de la Unesco, Koichirö Matsuura. ¿Por qué se eligió la fecha del 13 de febrero? La explicación es muy simple. Ese día se conmemora la efeméride de la creación, en 1946, de la Radio de las Naciones Unidas.
Escribir sobre la radio, me hace revivir, con intención y fuerza, cuarenta años que he actualizado hoy en aquellos momentos que los definen y recuerdan, las preocupaciones de otro tiempo y los cambios producidos. Y es que la radio continúa evolucionando en la era digital, y aquello que se cantaba a finales de la década de los setenta, “Video Killed the Radio Star” (el video mató la estrella de la radio) no fue verdad, puesto que sigue siendo el medio con mayor audiencia en todo el mundo. Creo que no hace falta recordar que está presente en nuevas plataformas como la banda ancha de Internet, los móviles y las tabletas digitales con una información inmediata. Esa rapidez y cercanía de la radio es más relevante si cabe en la era digital, ya que la gente tiene la posibilidad de sintonizarla en ordenadores y aparatos móviles con una calidad impensable veinte años atrás. Una poderosa herramienta de comunicación que debemos aprovechar para conectar gentes y sociedades, compartir conocimientos e información, y, en un mundo plural y cambiante, donde la verdad no es patrimonio de nadie, ser un vehículo fundamentalmente integrador, tanto para alcanzar una mayor convivencia entre naciones, mejorando la cooperación internacional, como en el ámbito de nuestra vida ciudadana, reforzando el entendimiento entre los hombres y mujeres de esta tierra.
El Día Mundial de la Radio es una oportunidad para reconocer el prodigio del medio y aprovechar su poder en beneficio de todos. No debemos olvidar que desde la primera emisión, hace más de cien años, la radio ha demostrado ser una poderosa fuente para la divulgación de los acontecimientos más importantes del pasado siglo; se ha revelado, nos guste o no, como un instrumento para parar, transformar y desviar el curso de la historia, pero no es menos cierto que algunos de sus profesionales se han corrompido, buscando la sonrisa aprobatoria a la sombra de las altas esferas del poder. Y es que el poder atrae irresistiblemente. Reconozco que, en los cuarenta años que he dedicado a la profesión, en varias ocasiones llegué a estar en “el filo de la navaja” de esa manipulación intransigente, que corta o limita la palabra. Sin embargo, nadie puede decir que no estuve siempre por encima de las triquiñuelas políticas. Y esa reflexión, hace que muchos años después, conmemorando el “Día de la Radio”, sienta profundo orgullo por la actitud ética y profesional mostrada en aquellos momentos.
Hoy sigo siendo un enamorado de la radio, el medio al que dedique con entusiasmo la mayor parte de mi vida, en una profesión que ha precisado siempre de la verdad y de la palabra. Estoy convencido que el silencio no ayuda a la madurez de un pueblo. Por eso, he sido y soy un hombre que cree en el diálogo y en el respeto a las ideas de los demás como norma de vida. Por eso, siempre que pueda promoveré, desde aquí o a través de las ondas, los tres fundamentos de Naciones Unidas con motivo de “el Día de la Radio”: el acceso a la información, la libertad de expresión y la igualdad de género.
Cae la tarde del 13 de febrero, y aquí me tienen intentando coger este día por el rabo. Casi se me escapa sin haber felicitado a los profesionales de la radio de la Isla y de Canarias. El 10 de noviembre de 2011 la Conferencia General de la UNESCO en su Resolución 36/63 proclamó “Día Mundial de la Radio” el 13 de febrero. La idea de establecer este “Día” tan especial fue propuesta de manera formal por Ion de la Riva, Embajador Permanente de España, en nombre de nuestro Gobierno y atendiendo a una sugerencia del presidente de la Academia Española de la Radio, Jorge Álvarez, que en enero de 2008 había solicitado su instauración al Director General de la Unesco, Koichirö Matsuura. ¿Por qué se eligió la fecha del 13 de febrero? La explicación es muy simple. Ese día se conmemora la efeméride de la creación, en 1946, de la Radio de las Naciones Unidas.
Escribir sobre la radio, me hace revivir, con intención y fuerza, cuarenta años que he actualizado hoy en aquellos momentos que los definen y recuerdan, las preocupaciones de otro tiempo y los cambios producidos. Y es que la radio continúa evolucionando en la era digital, y aquello que se cantaba a finales de la década de los setenta, “Video Killed the Radio Star” (el video mató la estrella de la radio) no fue verdad, puesto que sigue siendo el medio con mayor audiencia en todo el mundo. Creo que no hace falta recordar que está presente en nuevas plataformas como la banda ancha de Internet, los móviles y las tabletas digitales con una información inmediata. Esa rapidez y cercanía de la radio es más relevante si cabe en la era digital, ya que la gente tiene la posibilidad de sintonizarla en ordenadores y aparatos móviles con una calidad impensable veinte años atrás. Una poderosa herramienta de comunicación que debemos aprovechar para conectar gentes y sociedades, compartir conocimientos e información, y, en un mundo plural y cambiante, donde la verdad no es patrimonio de nadie, ser un vehículo fundamentalmente integrador, tanto para alcanzar una mayor convivencia entre naciones, mejorando la cooperación internacional, como en el ámbito de nuestra vida ciudadana, reforzando el entendimiento entre los hombres y mujeres de esta tierra.