Espacio de opinión de La Palma Ahora
Divorcio e ideología
Ante los acontecimientos políticos ya son pocos los que se escandalizan. De nada vale rasgarse las vestiduras por muy turbios que sean los hechos, pues la gravedad de las vivencias personales: pérdida de poder adquisitivo, paro, pobreza y hambre, sobrepasa con creces cualquier “movida” política. El pacto de gobierno entre el Partido Popular y el PSOE en Los Llanos de Aridane “salta por los aires”. La convivencia entre ambos socios se hacía insostenible y en las últimas semanas las declaraciones del socialista José María Vargas han agudizado las discrepancias y aumentado la manía destructora de los protagonistas.
A nadie se le esconde que muchos consideraron patético e ilógico que los socialistas, al principio de la legislatura, apoyaran “sin complejos” al Partido Popular en muchos municipios palmeros, con el fin de formar mayorías contrarias a Coalición Canaria, sin tener en cuenta la naturaleza de sus socios de gobierno y el antagonismo de sus ideas, diametralmente distintas. He ahí la dicotomía, mientras unos pensaban que no era cuestión de izquierdas o de derechas porque estos son valores universales y la política municipal en Los Llanos de Aridane tenía una dimensión concreta, otros aseguraban que el acuerdo entre socialistas y populares contrariaba el mensaje de los votos. “El electorado”, se decía, “está sumido en el desconcierto porque los resultados no han sido bien interpretados”. Pero tanto el PP como el PSOE, se aferraban a los escasos puntos de convergencia de sus programas, haciendo caso omiso al debate generado en el “común de los mortales”. Así, mientras los partidarios de aquel grupo de gobierno “festejaban” el hecho, desde Coalición Canaria cuestionaban especialmente a los socialistas, a los que desde entonces, han tenido en el “ojo de huracán”.
No fue el único caso en el que os concejales socialistas, al margen de disciplinas estatutarias de mayor rango, “movieron” con su voto las mayorías salidas de las urnas, o lo que es lo mismo, aquellas que reflejaran del modo más fidedigno la voluntad del pueblo soberano. El de la Corporación llanense fue el más sonado y el que más “hondamente” hirió a los nacionalistas. ¿Nació el pacto como consecuencia de rencillas personales? El hecho de que ante una moción de censura, se pretenda dejar al margen a Rodríguez Marín, nos invita a pensar que sí. No se explica de otra forma que el grupo municipal Socialista de Los Llanos de Aridane, pasado el ecuador de la legislatura, reconozca que existen mayores puntos de coincidencia con CC que con el PP para mantener las bases del Estado de Bienestar y las políticas progresistas. La razón, además de simple, encubre perfectamente cualquier jugada política. Resulta paradójico que después de tantos meses, el PSOE de Los Llanos de Aridane, que con sus votos arrancó a Coalición Canaria la posibilidad de obtener la Alcaldía, perciba ahora que “sus socios” del Partido Popular tienen políticas claramente contrapuestas a las suyas. ¡Vaya descubrimiento! Se han mirado los bolsillos y se han dado cuenta que estos tenían montones de agujeros por los que se escapaba la coherencia ideológica de izquierdas. “La ciudadanía debe saber que los populares han impedido los consensos necesarios para (como se refleja en la argumentación de la censura) sacar adelante esos asuntos en los que los vecinos del municipio exigen una respuesta”. ¿Alguien se ha reído? ¿No me dirán que esta “declaración” no conlleva un sello de honestidad cuando sólo oímos hablar de políticos corruptos y degenerados que “salpican” las cúpulas de los partidos? ¿No es elogiable que unos concejales piensen en sus vecinos, cuando lo que predomina son las actitudes poco sociales, insanas y nada edificantes de algunos políticos? ¿Cuando la democracia interna de las organizaciones brilla por su ausencia, o se refleja en amenazas de “separación” de concejales honestos, en vez de apartar de manera fulminante a tanto indeseable?? Sí señor. Los ediles socialistas en el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, serios en sus conclusiones no han actuado con ligereza, ni han desafiado a la racionalidad más elemental, sino que al dictado de los acontecimientos, donde dijeron “digo” ahora han dicho “Diego” para incumplir el compromiso que asumieron con el Partido Popular y con todos aquellos ciudadanos (un buen número ellos, de sus propias filas), que deseaban un cambio “mayúsculo” en el consistorio llanense.
¡Qué socarrones somos los palmeros! Un socialista de toda la vida nos comenta que “la premisa en la que basan la moción es que no pueden continuar manteniendo el pacto con un PP cada vez más radicalizado, porque ello supondría renunciar a los principios del PSOE, algo a lo que no estamos dispuestos”. Lo dicen?, lo hacen y creen haberse colocado a la vanguardia de la muy necesaria regeneración democrática de este país. Ya sin ironías, lo que ha hecho el Partido Socialista llanense es dar respuesta a la preocupación evidente y casi obsesiva de algunos de “sus mandos” para buscar la sonrisa aprobatoria de aquellos simpatizantes que habían mostrado su descontento por el continuado “amen” de sus concejales a las políticas del PP. Pero hasta aquellos que pensamos que tras unas elecciones debe gobernar el cabeza de la lista más votada, no alcanzamos a comprender “la trama de este divorcio”. Nos dicen que, tras ella, se esconden ansias de poder. Alguien apunta, incluso, a bastardos intereses. La primera razón, la del poder, nunca ha sido ajena a la política, la de los intereses espurios, nos cuesta creerla. Si existe algún interés, es el “coincidente” con Coalición Canaria, la fuerza que gobernará de nuevo en la ciudad, cuyo Secretario Insular de Organización, Marcos Rodríguez, se ha apresurado a señalar que existe la posibilidad de formar gobierno otra vez con los socialistas en el Cabildo, pues aunque rompieron con ellos el pasado mes de julio “no les hemos cerrado nunca la puerta”.
Lo que apuntamos a modo de reflexión es que los políticos, en lo que resta de legislatura, renuncien a la confusión y empiecen a jugar limpio para que los ciudadanos puedan separar el grano de la paja ante una futura contienda electoral. El problema será entonces sólo de conciencias y de urnas.
Ante los acontecimientos políticos ya son pocos los que se escandalizan. De nada vale rasgarse las vestiduras por muy turbios que sean los hechos, pues la gravedad de las vivencias personales: pérdida de poder adquisitivo, paro, pobreza y hambre, sobrepasa con creces cualquier “movida” política. El pacto de gobierno entre el Partido Popular y el PSOE en Los Llanos de Aridane “salta por los aires”. La convivencia entre ambos socios se hacía insostenible y en las últimas semanas las declaraciones del socialista José María Vargas han agudizado las discrepancias y aumentado la manía destructora de los protagonistas.
A nadie se le esconde que muchos consideraron patético e ilógico que los socialistas, al principio de la legislatura, apoyaran “sin complejos” al Partido Popular en muchos municipios palmeros, con el fin de formar mayorías contrarias a Coalición Canaria, sin tener en cuenta la naturaleza de sus socios de gobierno y el antagonismo de sus ideas, diametralmente distintas. He ahí la dicotomía, mientras unos pensaban que no era cuestión de izquierdas o de derechas porque estos son valores universales y la política municipal en Los Llanos de Aridane tenía una dimensión concreta, otros aseguraban que el acuerdo entre socialistas y populares contrariaba el mensaje de los votos. “El electorado”, se decía, “está sumido en el desconcierto porque los resultados no han sido bien interpretados”. Pero tanto el PP como el PSOE, se aferraban a los escasos puntos de convergencia de sus programas, haciendo caso omiso al debate generado en el “común de los mortales”. Así, mientras los partidarios de aquel grupo de gobierno “festejaban” el hecho, desde Coalición Canaria cuestionaban especialmente a los socialistas, a los que desde entonces, han tenido en el “ojo de huracán”.