Leo que se han registrado
las fajanas del volcán
y en el catastro ya están
a nombre de papá Estado.
Sorpresa nos ha causado
ver su calificación
en suelo de protección
agrícola, sin tener
algo para merecer
esa denominación.
Jócamo, 27.IX.2023
NOTA: Comprendo que no resulte fácil explicarlo a los afectados por la erupción de Tajogaite, que en diferente grado cabe extenderlo todos los palmeros, aunque más especialmente a los que perdieron su hogar y sus fincas.
Sin embargo, desde una perspectiva geológica no todo es destrucción cuando se habla de un volcán. En realidad es el contrapeso constructivo a la erosión, marina y terrestre.
Poco a poco, los agentes atmosféricos terrestres y marinos, desmontan los edificios insulares, labrando barrancos y acantilados en su superficie.
En relación con este fenómeno, quizás la aportación más aparente de Tajogaite hayan sido las fajanas litorales en el Valle de Aridane, que han incrementado la superficie insular en casi 50 hectáreas en la costa de Tazacorte.
Esa superficie, por ley, pasa a ser del dominio público y como tal ha sido registrada en el Catastro oficial estatal. Menos comprensible es la calificación territorial que se le ha otorgado: “suelo” de protección agraria. Para empezar, desde una perspectiva biológica o edafológica debe precisarse que no hay suelo propiamente dicho. Y desde una perspectiva territorial tampoco se entiende calificar un malpaís volcánico virgen, como “suelo de protección agrícola” donde no hay ni probablemente vaya a haber en mucho tiempo agricultura. Tal vez haya alguien que sea capaz de explicar semejante paradoja. Todo es posible en La Palma; o no.